Cómo tomar la capital

Hace 24 horas, parecía que a las fuerzas norteamericanas les salía todo a pedir de boca: se habían superado las barreras defensivas iraquíes en ciudades como Nasiriya, Nayaf, Kut y Kerbala y sólo quedaban pocos kilómetros para plantarse ante las mismas puertas de Bagdad. Sin embargo, antes había que tomar el aeropuerto internacional Sadam, situado a unos 20 kilómetros al suroeste de Bagdad y un objetivo de claro valor estratégico, en donde las fuerzas de la Tercera División de Infantería Mecanizada norteamericana libraban ayer duros combates con las tropas iraquíes. Al mediodía del viernes, la situación en el aeropuerto dista de estar clara, pues ni el Mando Militar central en Doha, ni el Pentágono confirman que haya sido tomado, aunque las fuentes militares manifiestan que aproximadamente el 80 por ciento de la instalación ya está controlada por las fuerzas norteamericanas, que siguen intentando sofocar la resistencia. Asimismo, parece que fuerzas iraquíes siguen resistiendo a las tropas norteamericanas en la zona de los hangares del aeropuerto, donde se libran ahora los más duros combates. De acuerdo con fuentes militares norteamericanas, la batalla por el aeropuerto puede haber causado hasta el momento unas 400 bajas en el bando iraquí sin que por el momento se tenga conocimiento de víctimas entre las tropas estadounidenses Al mismo tiempo, el Mando Militar central en Doha informó de que la columna procedente de la ciudad de Kut (a unos 80 kilómetros al sur de Bagdad) formada por la Primera y la Segunda Fuerza Expedicionaria de «marines» se encuentra ya «en las proximidades» de la capital. Así pues, Bagdad quedaría cercada por tres partes: Al oeste por una columna de la 101 División Aerotransportada, que avanzó en paralelo a la Tercera División de Infantería Mecanizada, la cual se situaría al sur de la ciudad, mientras que la zona este quedaría a cargo de los «marines». En principio, parece que el peso de la defensa de Bagdad recaería en la Guardia Republicana, cuya División Hamurabi tiene encomendada la protección de la ciudad, una vez que la unidad a la que se le asignó esa misión, la División Medina, quedó destrozada en los combates librados en torno a Kerbala el pasado miércoles. Sin embargo, en medios militares aliados se comenta que existe la posibilidad de que las fuerzas norteamericanas no entren por el momento en la capital iraquí, sino que podrían establecer un cordón de seguridad que la aislara por completo del exterior. Si se cortan las comunicaciones, se cierran las entradas y salidas de la ciudad y se continúa bombardeando objetivos clave, como los centros de mando, los militares confían en que es prácticamente imposible que el presidente iraquí, Sadam Huseín, pueda resistir por mucho tiempo. El Mando aliado tiene la sensación de que Sadam no puede comunicar con fluidez sus órdenes a las tropas a su mando, por lo que la presencia de tropas norteamericanas a las puertas de Bagdad, en principio muy superiores a las fuerzas defensivas iraquíes, no haría más que aumentar su sensación de aislamiento. Y, finalmente, el mando aliado es consciente de que asaltar, tomar, asegurar y ocupar una ciudad de cinco millones y medio de habitantes, extendida a lo ancho, con un área urbana mayor que la de Nueva York y repleta de casas pequeñas unifamiliares, puede convertirse en pesadilla.