Corredores humanitarios ya

Irak es territorio comanche para la ayuda humanitaria. Los camiones fletados por los países vecinos llegan por donde pueden a zonas que no siempre son las más necesitadas. Mientras en Um Qsar sobra comida, en Basora, Nasiriya y otros puntos del sur del país que han sido asediados durante días, la situación se supone de extrema emergencia -nadie ha logrado entrar para confirmarlo-, según ha denunciado el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. La presencia de las organizaciones internacionales se reduce a la mínima expresión, al igual que su capacidad de presión sobre ambos bandos para conseguir un alto el fuego que es violado contantemente, tanto por unos como por otros. La agencia Europea de ayuda Humanitaria (ECHO) ha solicitado a los gobiernos en contienda la apertura urgente de pasillos protegidos que garanticen la llegada de los cargamentos a las zonas más castigadas. «Desconocemos el estado en que se encuentra la población de muchas zonas asediadas. No sabemos si hay epidemias, y es posible que ya haya casos de desnutrición en los niños», explica Pilar González Laso, responsable de Cruz Roja España para Asia y Oriente Medio. Según la cooperante, el programa Petróleo por alimentos, aprobado hace ocho días, no se aplica por trámites burocráticos. «En unos días la situación sera crítica. Exigimos que se abran corredores humanitarios ya. Estamos clamando porque se abra una negociación», afirma. Mientras las oenegés claman en el desierto, él programa Mundial de Alimentos ha conseguido abrir un pasillo por el sur de Turquía para un convoy de 30 camiones, con destino a la ciudad fronteriza de Silopi, aunque no es el norte, precisamente, la parte de Irak más afectada por la guerra. También médicos y funcionarios rusos han iniciado gestiones con Cruz Roja, Naciones Unidas, el Gobierno iraquí y el Pentágono para crear un pasillo humanitario para evacuar a los niños heridos, principalmente El primer convoy cruza el sur El primer convoy humanitario de la Cruz Roja Internacional (CCRI) cruzó ayer la frontera sur de Irak rumbo a Basora, donde tiene previsto repartir quince toneladas de asistencia médica en cuatro hospitales de la ciudad. La organización decidió exponerse al riesgo y hacer el envío debido a la dramática situación que vive la metrópoli, y a pesar de las advertencias del mando británico de que aún se libran combates y la zona no es segura. Pocas horas antes, en su cuartel general en Kuwait capital, la portavoz del Comité, Tamara al-Rifai, explicó que se ha informado a las partes involucradas en los combates de las condiciones en las que han sido despachados los camiones. Sólo quedan víveres para un mes en Bagdad, dijo ayer el responsable de la Unicef en Irak, Carel de Rooy, que abandonó ese país dos días antes del inicio de la guerra junto a los demás funcionarios internacionales del Fondo de la ONU y supervisa sus operaciones desde Jordania. En rueda de prensa en París, cuando las tropas estadounidenses y británicas se preparan para librar la batalla de Bagdad, indicó que 200 empleados iraquíes de Unicef siguen activos en Irak, de los cuales 60 en Bagdad, pero no pueden intervenir si su vida corre peligro, según instrucciones de la ONU. Señaló que en los tres meses que precedieron el inicio de la guerra, Unicef elaboró con la Cruz Roja un sistema para asegurar la distribución de agua en Bagdad. También se prepararon 70 generadores para hacer funcionar el bombeo de agua, los equipos de purificación de agua y los frigoríficos para los medicamentos. El responsable de las operaciones de Unicef en Irak recordó que, antes de la guerra, los iraquíes que dependen de la ayuda humanitaria en el marco del programa petróleo por alimentos, recibieron dos cestas de alimentos para un mes, en lugar de la cesta mensual. Pero muchos vendieron esas reservas para poder comprar otros productos igualmente esenciales. El holandés De Rooy señaló que Unicef necesita 166 millones de euros para cumplir sus misiones en los próximos seis meses, como la vacunación de los niños, el abastecimiento de agua potable, la distribución de medicinas, la protección de los huérfanos y la vuelta de los niños a las aulas cuando sea posible. La distribución La ayuda humanitaria ha comenzado a distribuirse al sur de Irak desde el puerto de Um Qasar tras la llegada ayer de un equipo de la ONU y del Programa Mundial de Alimentos (PMA), informaron fuentes del Pentágono. En una teleconferencia organizada desde el Pentágono con representantes militares de EEUU en el puerto iraquí, el coronel David Blackledge, jefe de una brigada para Asuntos Civiles, indicó que se han logrado «progresos significativos» en el suministro de agua potable a Um Qasar.