Atacados con artefactos caseros dos sedes del PP y un local de la Xunta

Según la información facilitada por la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra, los artefactos colocados en las dos sedes son de características muy similares: estaban compuestos por dos pequeñas bombonas de «camping gas», una botella de gasolina, un petardo pirotécnico y un trozo de tela que hacía de mecha. El primero en hacer explosión fue el de Moraña, que a las 2.50 de la madrugada de este viernes causó la rotura de cristales en la fachada principal, un pequeño incendio y desperfectos en un turismo estacionado en las inmediaciones del inmueble. Media hora después saltaban las alarmas en Pontevedra capital: allí, la sede popular está en unas galerías comerciales y los desperfectos fueron más cuantiosos. La explosión destrozó la puerta de entrada e hizo saltar los cristales tanto en las ventanas exteriores como en las mamparas interiores. También afectó a los techos y paredes de la entrada y las escaleras. La onda expansiva causó destrozos en las viviendas contiguas. El Delegado del Gobierno en Galicia, Arsenio Fernández de Mesa, dijo que tras estos dos ataques podrían estar las mismas personas que atentaron en diciembre contra las sedes populares de otras dos localidades pontevedresas, Poio y Sanxenxo. Según De Mesa, el sistema utilizado fue el mismo. El vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, dirigió una vez más su mirada hacia los socialistas al tratar de explicar la causa primera de las agresiones que. «Cuando uno juega a radical, siempre hay uno más radical que él», advirtió en referencia a la participación de la oposición en manifestaciones y concentraciones de protesta por el ataque a Irak. «En ningún país de Europa -añadió- un partido ha tenido un comportamiento como el del PSOE». Tres nuevas agresiones que el Partido Popular sumará a la lista de denuncias (más de 75) que ya han hecho llegar sus delegaciones a la Policía Municipal, la Policía Nacional, la Guardia Civil o los Juzgados de Guardia. Pese a reconocer que es al Ejecutivo a quien le corresponde tomar las medidas necesarias para que el «clima de crispación» que hay detrás de estos incidentes no vaya en aumento y a él al que se debe pedir que garantice los derechos y libertades de todos los ciudadanos, el ministro portavoz reclamó la colaboración de todos los grupos políticos que, dijo, «tienen también su parte de responsabilidad». «Sería deseable -advirtió- hacer un llamamiento al equilibrio y actuar en consecuencia». El mensaje aparentemente conciliador quedó, sin embargo, perdido entre acusaciones de las que, en esta ocasión, Izquierda Unida salió casi indemne. Rajoy retomó la frase empleada por José María Aznar en el Congreso hace algo más de una semana y, poniendo a los socialistas en la picota, reiteró: «cuando se siembran vientos se recogen tempestades». A su juicio, los vientos comenzaron a soplar en los discursos y manifestaciones antibelicistas del PSOE y las tempestades han adquirido cada vez más fuerza a medida que se pegaban carteles, se lanzaban huevos y se seguía con piedras.