Diario de León

OPINIÓN Javier Fernández Arribas

Sin prisas, pero sin pausa

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Nadie está para dar lecciones a nadie, pero el ejemplo de Basora puede ser una buena guía para el asalto final a Bagdad. Las prisas son malas consejeras y después de veinte días de guerra se nota el cansancio y los nervios están a flor de piel. Se nota en el notable incremento de casos de «fuego amigo» que se han producido en las últimas horas. Todos son graves al causar muertos y demostrar que los sistemas no son todo lo perfectos e inteligentes que se pretenden al ser manejados por seres humanos imperfectos y no tan inteligentes. El susto al embajador ruso que pretendía salir de Bagdad puede traer problemas diplomáticos entre Moscú y Washington, aunque no esté del todo aclarado el origen del ataque. El otro error por «fuego amigo» se registró en el norte. Los kurdos y las propias fuerzas especiales norteamericanas han sufrido en sus carnes la equivocación de un avión caza estadounidense que disparó contra un convoy causando más de diez muertos, entre kurdos y marines. Estos hechos provocan recelos entre unos aliados por conveniencia que tampoco se fían demasiado, unos de otros. La repercusión más trágica e injusta se produce en los controles de carretera donde la oscuridad de la noche y el temor a los ataques suicidas iraquíes aflojan los dedos en el gatillo por parte de los rangers. Resultado: siete civiles muertos al ser ametrallado un minubús que se viajaba por la carretera equivocada, a la hora inadecuada, detrás de un camión que no paró tras los disparos de advertencia. Otro vehículo civil había corrido, pocos minutos antes, la misma suerte al no parar en el control norteamericano. Los civiles se convierten en tristes protagonistas en la recta final de la guerra. El régimen de Sadam ha decretado en Bagdad el toque de queda entre las seis de la tarde y las seis de la mañana. Se cierra la capital para evitar el éxodo de civiles que puedan servir como escudos humanos para la defensa numantina que algunos elementos del régimen han planteado convirtiendo distintos puntos de la ciudad en verdaderas ratoneras para los atacantes. ¿Hasta dónde van a llegar unos y otros?. El instinto de supervivencia empujará a los defensores a cualquier iniciativa para enfrentar la gran superioridad de los norteamericanos que deberán utilizar ese

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