Cuatro heridos tras una explosión en la refinería de Repsol en La Coruña

Sus dos compañeros corrieron peor suerte: J.E.C., de 49 años, fue ingresado en el Canalejo con quemaduras de segundo grado en el 8% de su cuerpo (en las manos, la cara y las rodillas), y su pronóstico es grave, al igual que el de su colega, R.A.F, de 47 años, que permanecía ayer entubado y con ventilación mecánica, tras haber sufrido quemaduras de segundo grado en el 10% de su cuerpo. Segundos después del accidente ya no fluía combustible por esos conductos, pero esa medida, tomada desde el centro de control de la planta, no consiguió controlar el incendio que siguió a la explosión. El fuego tuvo que ser sofocado por los bomberos de la propia empresa, que emplearon cerca de media hora en acabar totalmente con las llamas. Dos ambulancias Mientras los contraincendios luchaban contra el caos causado por la deflagración, dos ambulancias del 061 recogían a los dos heridos graves y los trasladaban al Juan Canalejo. Los otros dos hombres no necesitaron ser trasladados a un centro médico debido a la levedad de sus heridas. Las causas de la rotura de la tubería todavía se desconocen. Responsables de Repsol indicaron que un equipo del departamento de Inspección de la empresa comenzó ayer una investigación, que «podría durar varias semanas», para conocer los orígenes del accidente. El comienzo de esa indagación tuvo que demorarse hasta última hora de la tarde de ayer, debido al trabajo de unidades especializadas de limpieza que llegaron a primera hora de la misma al lugar. Paralizada Una cuarta parte de la refinería tuvo que ser paralizada debido al suceso, ya que la unidad afectada funciona en serie con otras del complejo industrial. El accidente se produce un mes después de que Repsol paralizase la mitad de la refinería para desmontarla y volverla a montar, un trabajo de inspección y reparación de piezas dañadas que se realiza cada tres o cuatro años y que costó nueve millones de euros. Sin embargo, la zona afectada por la deflagración no se encontraba entre las desmontadas el pasado mes de marzo. La refinería coruñesa, en la que trabajan más de setencientas personas, procesa cada día 20.000 toneladas de oro negro, y es capaz de producir 3.000 litros de gasolina por minuto, cantidad suficiente para que un automóvil dé la vuelta al mundo. Es una de las cinco plantas con las que cuenta Repsol YPF en España (Cartagena, Bilbao, Puertollano, Tarragona y A Coruña), y una de las nueve que posee la petrolera en todo el planeta.