Diario de León

«Aznar está encadenado a una acción antiterrorista con otros foragidos» Antonio Romero (IU)

«Estamos en Bagdad y es para quedarnos»

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El comandante Kent Keelly arenga a sus hombres. La unidad de la Primera División de Marines logró avanzar después de que los ingenieros instalasen un puente portátil. «Lo hemos practicado muchas veces en el río Colorado». Los iraquíes habían volado el puente la noche anterior, una práctica que los militares estadounidenses esperaban que el enemigo realizara en todos los ríos del país, pero que hasta ahora no habían hecho. «No han logrado tirarlo, aunque sí inutilizarlo lo suficiente como para impedir el paso de los tanques», informa el general John Keelly. A esas horas de la mañana, los primeros hombres del Séptimo y el Quinto Regimiento de Combate cruzaban el río por el puente portátil, convirtiendo en un hecho la ocupación de la parte este de la capital, que el alto mando había asignado a los marines. A lo largo del día los ingenieros lograron tender un segundo puente, que proporcionó otro carril extra sobre esos 94 metros y permitió que, al anochecer, toda la división se hubiera instalado en la capital. «Estamos en Bagdad, y es para quedarbos», anunció el general. Los marines siempre se vanaglorian de ser los primeros en entrar en acción y el hecho de haber tardado más que el Ejército Regular en llegar a la capital ha dejado muchos orgullos heridos y hasta ha hecho rodar algunas cabezas. El «tempo» era al menos la explicación que el general Keelly daba del relevo del coronel Dowdy, cuyos hombres tendrían que haber recorrido el trayecto entre Alnazeria y Alkur en 48 horas, pero tardaron 10 días. El general Keelly, segundo de abordo de la Primera División de Marines, no oculta ahora el retraso en tomar Bagdad. «Supongo que el Ejército habrá tenido sus propios problemas, pero a nosotros nos ha tocado la parte de la capital que tiene un terreno más difícil, con ríos y sin puentes, y caminos que en los mapas aparecían pintados como autopistas», justificó ayer. El general estadounidense admitió lo que esta periodista ya había vivido en carne propia la noche anterior en este avance hacia el corazón de Bagdad: las tropas estadounidenses «están recibiendo (de los irquíes) una medida cantidad de artillería y misiles». «Por fortuna», declaró el general, «como ha venido ocurriendo en otras partes del país, no tienen buena puntería». El general Keelly explicó que los radares estadounidenses captan inmediatamente el lugar desde el que ha sido disparada la artillería iraquí. En la mayoría de las ocasiones, el fuego tiene su origen en edificios de viviendas, hospitales, escuelas y otros lugares semejantes, que detienen el contraataque. «Cada vez que eso ocurre tenemos que evaluar si nos compensa bombardearlos, y cargar con el número de víctimas inocentes que eso acarrearía. Casi siempre la conclusión es que no procede una respuesta, aunque la decisión final corresponde a la fuerza aérea». Sin embargo, se desconoce si la resistencia es organizada o se trata de partidas mixtas de milicias y militares. Entre los prisioneros iraquíes, los servicios de información de los marines han encontrado altos mandos que han facilitado datos importantes sobre la toma de la capital iraquí. El grupo logístico, según destacan sus oficiales, ha conseguido mantener el ritmo de aprovisionamiento a las unidades de combate, sin que en ningún momento las operaciones militares de los marines se hayan visto afectadas. Todo se encadena. Hoy nos toca pasar la noche en los camiones. Todo parece dispuesto para el asalto final.

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