«No estaremos ni un día más de lo necesario en Irak» Tony Blair (primer ministro bitánico)Los dirigentes del bando aliado no concretaron cuáles serán las funciones a desempañar por la organización
Bush y Blair prometen un «papel vital» para la ONU en el gobierno iraquí
El presidente norteamericano George W. Bush y el
Tras la reunión mantenida durante la mañana de ayer en el castillo de Hillsborough, Belfast, los dos mandatarios aliados en la invasión de Irak mantuvieron una rueda de prensa rodeados por banderas británicas y norteamericanas, tantas que no se sabía muy bien si se trataba de una cumbre al más alto nivel o de un pueblo en el día de su patrono. En esta fiesta anglo-estadounidense no faltaron los fuegos artificiales, que corrieron a cargo del Ejército. No en vano, coincidiendo con la reunión, las fuerzas norteamericanas lanzaron un ataque contra un restaurante de Bagdad encaminado a asesinar al líder iraquí Sadam Huseín. En sus intervenciones, los dos líderes abrazaron el plan ideado para reconstruir un entramado político en el país árabe -el Pentágono se hace cargo inicial del país estableciendo una autoridad interina que gobernará hasta que se celebren elecciones y se imponga un gobierno democrático- y de cara al respetable, los dos líderes coincidieron en indicar que la ONU tendrá «un papel vital» en un Irak post Sadam Huseín. Pero cuando Bush fue presionado por los informadores para que definiera ese «papel vital» de la ONU, el presidente norteamericano se limitó a decir que «serán labores humanitarias en colaboración con la autoridad interina», deseo muy alejado del que muestran países como Francia, Alemania y los países árabes. En el documento firmado por ambos líderes que fue distribuido a la prensa de podía leer que «buscaremos las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU para afirmar la integridad territorial de Irak, asegurar la entrega de ayuda humanitaria y apoyar una administración apropiada para un Irak posterior al conflicto». A tenor de estas palabras da la impresión de que Blair no ha logrado su propósito de convencer a Bush para que otorgue a la ONU un papel principal en la formación del nuevo gobierno iraquí, lo que era recibido en los gobiernos europeos y en el ruso con desilusión. La subjetividad era la clave de la resolución de la mini cumbre. Cuando Blair dijo que «no estaremos -británicos y estadounidenses- ni un día más de lo necesario en Irak», no aclaró a qué día se refería. ¿El siguiente a caer Sadam Huseín? ¿O el siguiente tras un tiempo indefinido de gobernar en Irak esa autoridad interina «manejada» desde Washington? Además Blair en un tono que ya le es familiar, intentó lanzar una cortina de humo cuando calificó de «elección falsa» el debate sobre si Irak debería de ser gobernada por los aliados o por la ONU. «Lo que importa», dijo Blair, «es que Irak sea gobernada por los iraquíes». Bush y Blair también se refirieron al proceso de paz en Oriente Medio. Así, Bush mostró su satisfacción con la elección de Mahmoud Abbas como nuevo primer ministro palestino y prometió que el «mapa de ruta que conducirá a la paz en el Oriente Medio» será publicado una vez eche a andar su nuevo gobierno.