La flota española llega al puerto iraquí de Um Qsar
El buque de asalto anfibio Galicia, en el que viaja el grueso del contingente español desplazado a Irak, llegó ayer al puerto iraquí de Um Qasr pasadas las tres de la tarde, hora española. Permanece atracado en uno de los muelles con todo el personal militar a bordo a la espera de que el mando aliado autorice su desembarco y el inicio de las misiones que tienen encomendadas. Los efectivos españoles esperan poder desembarcar y desplegarse en tierra firme en los próximos días en alguna de las zonas adyacentes al puerto. El lugar exacto todavía no ha sido decidido dada la frenética actividad que registran las instalaciones portuarias, que según fuentes militares desplazadas sobre el terreno se encuentran «totalmente controladas» por las tropas británicas. A la espera de recibir de instrucciones concretas está también en Um Qasr el general José Beltrán, subdirector general de Política de Defensa y enviado por el departamento de Federico Trillo para coordinar la participación española al frente de un equipo de aposentamiento y coordinación. Beltrán actuará además de enlace entre el contingente español y el mando militar anglo-estadounidense. Hasta que la coalición dé luz verde, los españoles no podrán iniciar las labores de reparto de la ayuda transportada en el Galicia ni la instalación del Escalón Médico Avanzado del Ejército de Tierra, que según Defensa se ocupará de prestar asistencia a los civiles iraquíes. Su lugar de emplazamiento es aún un interrogante, igual que la zona donde se ubicará el Estado Mayor español, que está integrado por quince militares. Según fuentes militares, tratarán de que las unidades se ubiquen «lo más cerca posible» del buque anfibio, donde operará un hospital de campaña y donde tendrán su base los 150 infantes de marina que se encargarán de la seguridad y la protección de los efectivos españoles. En cuanto a las misiones que desempeñarán, el Ministerio de Defensa insiste en que se centrarán «en la ayuda humanitaria a la población civil». Así, el primer paso sería distribuir las más de 23 toneladas de alimentos (raciones del Ejército para musulmanes, sin carne de cerdo), medicinas, ropa, mantas y tiendas de campaña entre los afectados. También esperan poder desarrollar labores médicas en las áreas cercanas al puerto de Um Qasr, donde, según un portavoz del departamento que dirige Federico Trillo «hay campamentos de refugiados y de prisioneros en los que se va a trabajar».