«Julio Anguita y José Couso odiaban la guerra, hubiera apreciado ser los últimos corresponsales de guerra» Alfonso Rojo
La prensa se moja
En una mano los micrófonos, las libretas y los paraguas. En la otra, la pancarta. La quinta manifestación contra la guerra qu
A algo más de un millar de personas no les importó que ayer lloviera sobre Ponferrada para asistir a la quinta marcha contra la guerra en Irak y sus víctimas; civiles, militares, y entre ambos una decena de periodistas. Más que por la asistencia, menor que en otras ocasiones, o por la lluvia, la singularidad de la protesta de anoche estuvo en el gesto de la prensa local con la memoria de Julio Anguita Parrado y José Couso. La muerte de los dos corresponsales españoles había llevado a la organización, de acuerdo con la prensa local, a reivindicar su memoria programando la lectura de unas palabras de Alfonso Rojo, corresponsal de El Mundo en el norte de Irak, compañero de uno de los fallecidos, y natural de la localidad berciana de Molinaseca. Pero en el momento de iniciar el recorrido desde la plaza de Lazúrtegui se pidió a los periodistas que habían acudido a informar del acto que portaran la pancarta que en manifestaciones anteriores habían llevado niños. Accedimos. La marcha cruzó la avenida Pérez Colino bajo la lluvia y subió por la avenida del Castillo, donde a diferencia de otras manifestaciones, la Policía Local sólo se había molestado en interrumpir el tráfico en uno de los dos carriles. Los manifestantes se encontraron de frente con una hilera de vehículos. La protesta, jalonada por los gritos habituales en contra de la guerra y de la postura del Gobierno -la prensa abría la marcha en silencio- concluyó de nuevo en la plaza del Ayuntamiento, donde antes de la lectura del manifiesto contra el conflicto, el delegado de La Crónica-El Mundo en el Bierzo, Pablo Lago, transmitió las palabras escritas por el corresponsal de guerra Alfonso Rojo. «Julio Anguita y José Couso no pertenecían a ese clan desquiciado, al que algunos de los veteranos nos hemos asomado más de una vez. Ellos odiaban esta guerra, perecieron en ella y hubieran apreciado ser los últimos corresponsales de guerra de la historia», escribió Rojo desde el norte de Irak.