«Aznar ha llegado a la conclusión de que la UE no merece la pena»

-¿La guerra pudo evitarse? -Era perfectamente evitable y ahora ha resultado además terriblemente innecesaria e injusta. La única amenaza que había era una presunción sobre Sadam Husein, que no tiene nada. Por no tener, no tiene ejército ni fanáticos. Ahora queda la descarnada obscenidad de quién participa del pastel. La Convención de Ginebra prohíbe que el ocupante explote los recursos del país, sólo puede explotarlos el propio país. -Usted ha advertido que este conflicto es el comienzo de la tercera guerra mundial. ¿No es excesivamente alarmista? -Nunca se sabe cuando comienza una guerra global hasta que no ha comenzado y lleva tiempo. Nadie puede imaginar por qué tiene un carácter mundial un enfrentamiento. Nos hemos metido en el núcleo de todas las líneas de fractura que hay en el mundo. Y como no se va a estabilizar la región, esto va a seguir. Cualquier ataque terrorista, y es inimaginable que no se vaya a producir, retroalimentará la necesidad de aumentar la dosis, de seguir avanzando por este camino. Eso sí que es de doble uso. -Uno de los argumentos de Aznar para defender la intervención es que ésta es la misma guerra que la de 1991, que el fin de aquélla fue sólo un alto el fuego. -Es la misma de 1917, cuando entraron los británicos en Bagdad para echar a los turcos. Es una tontería, la inconsistencia de este hombre ni siquiera merece respuesta. Es lo que me aterra. Esta inconsistencia que no se si se basa en la ignorancia o en una pretensión personal que no se corresponde con el interés del país. -¿Actuar al margen del Consejo de Seguridad ha herido de muerte a la ONU? -Es una herida muy difícil de curar. No sólo por actuar al margen del Consejo de Seguridad, sino por la determinación que hay detrás. Es decir: sólo cuento con la ONU si hace lo que yo digo. La herida fundamental es la pérdida de interés en Naciones Unidas como el órgano multilateral para garantizar la paz y la seguridad. La herida que se ha producido, en una vulneración de la Carta de Naciones Unidas, se puede prolongar. -¿El alineamiento con Estados Unidos beneficiará a España porque ganará presencia en el mundo, como afirma Aznar? -No tiene sentido, incluso en la hipótesis de que se establezca una «pax americana», el súbdito del imperio, obsecuente desde el principio ante el emperador, no será tenido en cuenta porque no constituye ningún riesgo para el imperio. -Otro de los argumentos de Aznar y Tony Blair es que es mejor estar asociados a la gran potencia que un mundo multipolar que no está definido. -Gran Bretaña nunca ha visto la unidad política europea como un poder regional con relevancia política en el mundo globalizado. Su interés es el vínculo atlántico y la relación privilegiada con Estados Unidos. España no ha hecho eso. Ha tenido una relación normalizada con EE.UU. con autonomía y una relación prioritaria con la UE para construir la unión política. Eso se ha roto y Aznar ha llegado a la conclusión de que la UE no merece la pena. -¿Cuál debería ser el escenario de post guerra? -El debería ser tiene poco que ver con lo que va a ser. Debería ser la ONU, pero no es lo probable. Le van a encargar algunas tareas humanitarias. Pero de la seguridad y la gobernabilidad no se va a encargar la ONU.