Rescatan a los siete prisioneros de EE.UU.

El caos que se ha apoderado de Bagdag se desvaneció ayer del universo mediático norteamericano al anunciarse la liberación de siete prisioneros de guerra. De los informativos de televisión desaparecieron las pocas imágenes que suelen mostrarse sobre el horror de la guerra para dar paso a un bombardeo incesante de expresiones de alegría sobre fondo de banderas americanas, omnipresentes en cada una de las casas de los familiares de los soldados liberados. Los cinco miembros de la 501 Compañía de Mantenimiento que cayeron en una emboscada el pasado 23 de marzo al sur de Nasiriya y cuyos interrogatorios fueron filmados y emitidos en medio de la polémica por las cámaras de televisión de Al Jazeera, fueron encontrados ayer a las afueras de Tikrit, la ciudad natal de Sadam Hussein. Otros dos soldados, cuyo helicóptero cayó en manos enemigas el mismo día, se encontraban también en el grupo de los liberados ayer por los Marines. Las cámaras norteamericanas no dejaron escapar la ocasión de convertirles en héroes y filmarles mientras el ejército les evacuaba y les introducía en un avión rumbo a Kuwait, donde tres de ellos fueron tratados en un hospital militar por heridas de diferente calibre, aunque según el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, los seis hombres y la única mujer del grupo se encuentran «en buen estado». El general Franks, que dirige la «liberación» de Irak, fue el único que dejó caer una nota de pesimismo sobre el momento de gloria que vivieron ayer los estadounidenses al afirmar que «sería una bendición encontrar a todos los desaparecidos en acción, pero no creo que lo consigamos». No obstante reiteró su voluntad de hacer todo lo posible por localizarles. El presidente Bush, en cambio, compareció radiante ante las cámaras en Camp David, se congratuló por el rescate y aseguró que ayer fue «un gran día para las familias, los camaradas y todos los norteamericanos porque ahora los prisioneros de guerra son libres». Reiteró su voluntad por seguir buscando a los que aún permanecen desaparecidos, «pero aún quedan varios más que encontrar en Irak y los seguiremos buscando. Rezo por que estén bien y puedan ser liberados uno de estos días», aseguró. El presidente aprovechó para enviar un mensaje a los iraquíes diciéndoles: «Ahora sois libres y la libertad es bella». La colaboración iraquí fue clave para el rescate de los siete soldados. Según el portavoz de los Marines, Neil Murphy, un grupo de soldados se les acercó a las afueras de Tikrit y les dijo que los prisioneros estaban un poco más adelante. «Los oficiales han abandonado a sus hombres, que se han dado cuenta de que lo correcto era devolvernos a nuestros chicos». Los familiares de los soldados rescatados expresaron su alegría al escuchar que todos se encontraban vivos y en buena salud. En un aparición en la CNN, Ronald Young, el padre de uno de los prisioneros, no podía contener las lágrimas mientras se le mostraban las imágenes de su hijo recién liberado: «¡Es él, es él!», exclamaba. «Estoy tan feliz que daría besos a todos».La mayoría de las familias se enteró por televisión, aunque a todas ellas les fue a visitar personalmente un oficial norteamericano para comunicarles la noticia.