Corea del Norte acepta discutir con Washington su programa nuclear
Siria quiere un Oriente Medio sin armas químicas
Siria presentó ayer a la ONU una propuesta para declarar Oriente Medio zona libre de armas de destrucción masiva, en nombre de 22 países árabes y como respuesta a las amenazas de Estados Unidos, que, tras conquistar Irak, la acusó de de disponer, de armamento prohibido y de dar refugio tanto al terrorismo internacional como a los derrocados líderes iraquíes. Varios países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU manifestaron su interés por la propuesta, aunque nadie oculta que la iniciativa choca de frente con las las reticencias de Israel, país poco receptivo a seguir las directivas internacionales. El propio secretario de Estado de EE.UU., Colin Powell declaró el pasado martes que su objetivo es «un Oriente Medio libre de esas armas», aunque no mencionó a Israel, que posee capacidad química y biológica y, probablemente, también nuclear. Por su parte, la consejera de Seguridad Nacional estadounidense, Condoleezza Rice, volvió a amenazar a Siria al afirmar que Bush «dispone aún de todas las opciones» para resolver el problema de ese país, y añadió que «hay medios para conducir a la actitud requerida a los pueblos de la región y a la comunidad internacional». Las declaraciones de Rice llegaron apenas un día después de que el presidente español, Jose María Aznar, declarara en Atenas que «Siria no es objetivo militar para nadie», una tesis que reiteró ayer tras la clausura de la cumbre de la Unión Europea. Tras una conversación telefónica con el presidente sirio, Bachar El Asad, Aznar afirmó que «Siria no va a servir de foco de inseguridad, de desestabilización o como refugio de antiguos dirigentes iraquíes». Sin embargo, no aclaró si El Assad le había garantizado que no disponía de armas de destrucción masiva, ni mucho menos que Sadam y su clan no se hubieran refugiado allí. Ayer, el Gobierno anunció que la ministra de Exteriores, Ana Palacio, viajará a Damasco el próximo domingo para entrevistarse con el presidente sirio. La rápida victoria sobre Irak ha acelerado las negociaciones de Estados Unidos con Corea del Norte, que ha aceptado sentarse a la mesa con Washington el próximo día 23 para discutir su programa nuclear militar, reanudado oficialmente hace cuatro meses. Pekín acogerá las conversaciones entre ambos países, que se reunieron por última vez en octubre. Desde entonces, Corea del Norte ha expulsado a los inspectores internacionales, ha renegado del tratado de no proliferación de armas atómicas, y ha puesto en marcha una de sus plantas nucleares, donde podrían haberse producido al menos dos bombas.