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ANÁLISIS POLÍTICO/ Manuel Campo Vidal

El PP tiene fugas de voto al PSOE

Zapatero, Aznar, Llamazares, Pérez Mariño, Fraga y José Blanco

Publicado por
León

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La única encuesta que al final vale es el recuento de votos pero las previas señalan tendencias. Y advierten tres cosas esenciales de momento: un deseo de participación mayor gracias a esa -repolitización de la sociedad- que definió aquí el diputado Joan Saura; un ascenso de grupos izquierdistas y nacionalistas que ni ellos mismos se lo esperaban antes del Prestige y de la guerra, y, por último, una fuga de votos del PP al PSOE. Esto último es lo que más duele a los populares porque beneficia a su rival directo, aunque admitan en privado que han hecho méritos suficientes para merecerlo. Esta fuga de voto popular al PSOE fomentado por los desatinos de Aznar en el último año y beneficiado por la moderación de Zapatero motiva la política de presentar al líder socialista como un vulgar agitador por su asistencia a manifestaciones y al PSOE y a IU como un -totum revolutum- como si de una coalición se tratara. Esa política, por más burda que resulte, trata de taponar la fuga detectada del voto centrista que se refugió en el PP cuando desapareció UCD, el CDS y Coalición Galega y que solo se prestó al PSOE en los mejores años de Felipe González. Le abandonó en su decadencia y ni se planteó volver cuando Joaquin Almunia se acercó a la Izquierda Unida de Frutos -más ortodoxa que la de Gaspar Llamazares- en vísperas de las elecciones generales del 2000. Así de mal le fue a Almunia y así de bien a Aznar, aunque a la vista de los desmanes que se cometen desde la mayoría absoluta, ya no se sabe si eso fue positivo o negativo para el beneficiario. Los estrategas electorales del PP tratan de taponar esa fuga a cualquier precio. En sus discursos observarán que cuando hablan de Zapatero, citan inmediatamente a Llamazares o se refieren al -PSOE-IU- como si se tratara de una coalición en la práctica. Los telespectadores de Televisión Española no habrán podido oir a Zapatero cuando censuraba duramente a Fidel Castro por las últimas ejecuciones y existe una denuncia del PSOE por esa manipulación. Y la lista de pillerías podría continuar. Pero en las elecciones municipales y autonómicas del 25 de mayo influirá otro factor, además del arrastre personal de los alcaldes: el voto útil. El elector no sólo es más inteligente de lo que suponen los estrategas de los partidos: es un pequeño estratega en su espacio. Solo así se explican algunos resultados. El voto útil aparece como decisivo allí donde las cosas no están claras y si en un lugar no están claras es en Vigo, la primera ciudad de Galicia. Gobernada por cuatro alcaldes distintos de tres partidos -PSOE, PP y Bloque- en este cuarto de siglo, Vigo es de las pocas ciudades importantes de España que todavía no encontró a su líder municipal, capaz de ordenar honestamente el entramado de intereses y a la vez representar con personalidad la ciudad en Galicia y en España. Y encontrar ese líder es vital, aunque no sea siempre el mismo, como demuestran La Coruña, Oviedo, Vitoria o Barcelona. Zapatero y su hombre fuerte José Blanco, apostaron por Vigo desde el principio a pesar de que en el PSOE local estaba atrincherado el ex alcalde Carlos Príncipe gobernando los restos del naufragio, un partido de ochocientas fichas formales, buena parte de ellas en el propio Ayuntamiento, que había perdido hasta dos mil militantes. Con ese cuadro escénico, Zapatero se empeñó en dar una imagen de renovación promoviendo la candidatura del independiente Ventura Perez Mariño, abogado y magistrado en excedencia, que había dimitido del acta de diputado por Lugo, por disconformidad con los casos de corrupción del último gobierno socialista. Incidentes internos aparte, la tenacidad de Zapatero y de Blanco más la fuerte personalidad del candidato y la necesidad de un alcalde de gran altura para Vigo, han conducido a Ventura Pérez Mariño a una especie de empate técnico en las encuestas con el actual alcalde, el nacionalista Lois Castrillo. La ex conselleira Coriña Porro, enviada especial de Fraga a la ciudad, aceptó el encargo antes del Prestige, antes de la guerra y antes de saber que una discrepante del PP le plantaría una candidatura paralela para erosionarle votos. En ese contexto se entiende que se levante un empresario y le diga a Ventura Perez Mariño en el Círculo Financiero de Vigo que cuanto voto útil aspira a recoger. O que un grupo de médicos vigueses que confiesan que votaron siempre al PP hasta que el Prestige les hizo cambiar de idea , estiman que ante el ascenso del Bloque, ellos estudian un voto útil para Ventura en vez de refugiarse en la abstención. Con estas variables, las elecciones están a poco más de un mes. Y la guerra va quedando atrás. No duró dos meses más como pronosticó Narcís Serra convencido como el alto mando aliado de que Bagdag sería un mini Vietnam. El régimen se desplomó en tres días, lo necesario para que Sadam se evaporase. Ahora la prensa británica y alguna norteamericana ironiza con las preguntas de la calle. ¿Dónde está Sadam? ¿Y sus hijos, y Tarek Aziz, o los principales dirigentes del régimen y sus familias?. ¿Y las temibles armas de destrucción masiva?. ¿Y las pruebas de que Irak tenía conexiones con Al Quaeda?. Las hemerotecas y los videos no tienen piedad con los que comprometieron su palabra con una respuesta infalible a esos interrogantes.

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