Udalbitza: un experimento con fecha de caducidad
La asamblea de concejales, Udalbiltza en euskera, nació al calor del pacto de Lizarra con vocación de ser la primera institución nacional vasca al margen de la legalidad española. La asamblea constitutiva se celebró en Bilbao el 18 de septiembre de 1999, dos meses antes de que ETA rompiera la tregua que había declarado el 16 de septiembre del año anterior. Al acto, celebrado en el palacio Euskalduna, acudieron 1.789 concejales, todos nacionalistas. Del País Vasco, 1.433, Navarra, 261, y del País Vasco francés, 24. En su declaración de principios, Udalbiltza se erige en símbolo de la territorialidad de Euskal Herria, expresión visible para el mundo de una nación vasca. Entre sus primeras iniciativas figuró la campaña para el uso del documento nacional de identidad vasco, una tarjeta que expiden los ayuntamientos sin ningún valor legal que pronto cayó en el olvido. Desde el principio quedó claro que las fuerzas políticas presentes en Udalbiltza tenían intereses distintos con la llamada construcción nacional. El PNV aclaró enseguida que mientras durara su pertenencia a la asamblea no iba a contravenir la legalidad; Euskal Herritarrok entonces, Batasuna después, advirtió que aquello era el embrión del futuro Parlamento de Euskal Herria.