Los gallegos no olvidan la tragedia a los seis meses del caso «Prestige»
Seis meses después de que el buque Prestige se rompiera en dos a 27 millas de Finisterre y vertiera sobre las costas gallegas más de 30.000 toneladas de fuel, la normalidad ha vuelto poco a las playas y puertos, aunque los gallegos no olvidan la tragedia. La flota pesquera faena en el litoral, excepto en la Costa de la Muerte, donde algunas artes siguen aún vedadas, y la mayor parte de las playas aparecen limpias de chapapote, aunque aún queda fuel bajo la arena y en algunas zonas de roca. El petrolero hundido conserva todavía en sus bodegas casi 40.000 toneladas de combustible. Después de un parón forzoso de cuatro largos meses, la mayoría de los pescadores gallegos ha vuelto a la mar. Sólo permanecen amarrados a puerto algunos marineros de la Costa de la Muerte, en el tramo comprendido entre Punta Insua y Punta Langosteira, la zona que resultó más afectada por la catástrofe. También se han reabierto las lonjas que, tras la incertidumbre acerca de la aceptación del pescado gallego, comercializan sus productos al mismo ritmo que antes de la catástrofe. No obstante, continuan las pruebas de salubridad en las aguas gallegas a fin de levantar la prohibición cuando no quede duda de la calidad del pescado y el marisco.