Diario de León

Respaldo a la ciudad de la energía en Ponferrada

Zapatero y Velasco rodeados de gente en su recorrido por Ponferrada

Zapatero y Velasco rodeados de gente en su recorrido por Ponferrada

Publicado por
Roberto Arias Redacción - PONFERRADA.
Ponferrada

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El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, dio ayer el último espaldarazo a la candidatura de Charo Velasco a la Alcaldía de Ponferrada. El líder socialista dedicó más de una hora a pasear con ella por las calles de la zona baja de la ciudad, repartiendo programas, rosas rojas, y desplegando su don de gentes. Zapatero llegó con retraso al colegio de Flores del Sil, donde fue zarandeado por decenas de escolares ávidos de un autógrafo. El líder del PSOE, tras satisfacer a algunos, realizó su primera promesa: «¡Os voy a mandar una foto firmada a todos!». Luego, antes de pasear con Velasco por la avenida de La Martina, expresó explícitamente su apoyo a la candidata local: «Quiero pedir el voto a todos los ciudadanos para Charo Velasco». Y a renglón seguido puso el acento en el respaldo que ofrecerá, si gobierna a partir del 2004, al proyecto de la ciudad de la energía que el PSOE ha diseñado para los terrenos de la montaña de carbón, y que costará más de 300 millones de euros durante tres mandatos. Interrogado sobre la necesidad de que los socialistas ganen una ciudad en la que se ha producido, por ejemplo, el caso Nevenka, Rodríguez Zapatero contestó en clave positiva: «Sólo quiero hablar de las cosas buenas que van a pasar; la vida es una acción que va siempre hacia adelante, y creo que pasará una cosa buena para Ponferrada si Charo es alcaldesa». Acerca de la relevancia del efecto Zapatero, respondió con un juego de palabras: «No se si habrá efecto Zapatero o no, lo que sí hay es afecto de Zapatero a su tierra, que es a la que me debo». La gira por el barrio de Flores del Sil con la candidata del PSOE, a la que también se sumó el de Bembibre, Jesús Esteban -con el que escenificó un largo abrazo- concluyó en el parque del Temple. Antes, departió con los vecinos, primero tomando un café en uno de los bares de la glorieta de La Martina, y luego, casi a renglón seguido, un vino, en el establecimiento de enfrente.

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