El juez condena a los padres del asesino del crimen de la Villa Olímpica por la agresividad de su hijo

Un Valentín Moreno y otros seis jóvenes fueron condenados por asesinar a golpes y patadas el 1 de abril de 2000 en la Villa Olímpica a Carlos Javier Robledo y por herir a dos amigos de la víctima. En una sentencia por un pleito civil, un juez dice sobre los padres que «el grado de control y responsabilidad de su hijo no era el más adecuado y su real falta de atención contribuyó de forma grave a las conductas agresivas de Valentín ante la ausencia de contención y atención». Dice el juez que el hecho de que el joven se dedicase a un deporte como la lucha greco-romana «no implica que sea una persona agresiva, pero un hijo al que sólo se le regula el horario de una forma muy flexible y que es conocido por las zonas por las que sale por su conflictividad y agresividad, es algo que los progenitores deben saber». «Si como manifiestan lo ignoraban, ciertamente poca atención prestaban a su hijo, cuyo carácter ha de ser bien conocido por sus padres», señala la sentencia. El juez agrega que «no se les exige un seguimiento exhaustivo de las actividades de Valentín, pero según su carácter y personalidad permiten prever un tipo de comportamiento y les es exigible una mayor vigilancia y atención, no sólo cuando tiene cerca de 18 años, sino desde siempre y esa observancia hubiera permitido ver la evolución agresiva de su hijo, más cuando se acredita en las sentencias la actitud de líder de su pandilla de amigos». «En caso contrario, de conocer el carácter de su hijo y los problemas en los que se veía implicado, les era exigible la responsabilidad por no adoptar medidas o buscar los recursos sociales que existen para poder ayudar y contener a su hijo». El magistrado concluye que «en cualquiera de los dos casos, no se considera que los padres mantuvieran la actitud correcta respecto de su hijo, sino más bien una cierta permisividad y sobreprotección que ha reforzado sus ideas y sensación de impunidad y liderazgo más que de responsabilidad de sus conductas». Por todo esto, la sentencia considera a los padres de Valentín responsables de las fechorías de su hijo y deberán pagar a la madre del fallecido una indemnización de 90.000 euros y a uno de los dos amigos de Robledo herido durante la misma acción, Juan Carlos B.M., otros 8.000 euros.