Diario de León

España utilizó seis veces más el Yakolev 42 siniestrado y Defensa no recibió ninguna queja

Trillo atribuye el accidente de Turquía a «circunstancias» ajenas a su gestión

El ministro de Defensa defiende los aviones ucranianos porque son seguros y están en regla

Federico Trillo usa un pañuelo durante su comparecencia de ayer

Federico Trillo usa un pañuelo durante su comparecencia de ayer

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C. Calvar - madrid
León

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El ministro de Defensa, Federico Trillo, rechazó ayer cualquier responsabilidad de su Departamento en el accidente aéreo que el pasado 26 de mayo costó la vida a 62 militares de elite españoles en Turquía. Trillo atribuyó el siniestro a «un cúmulo de circunstancias», entre las que destacó las malas condiciones meteorológicas y la dificultad del terreno, «sobre las que decidió fatalmente -dijo- el fallo humano» del piloto de la nave. Su exposición, larga pero carente de concreción en torno a muchas de las interrogantes suscitadas por el desastre, concluyó con un «lavado de manos» de su departamento. El ministro explicó que, a falta de que concluya la investigación, «se ha comprobado» que las causas del accidente fueron «la situación meteorológica, peor de lo que se creyó inicialmente» y un fallo del piloto, que además de errar en su salida tras el último intento de aterrizaje voló «por encima de la altitud recomendable». «Las cajas negras se encargarán de aclarar» lo sucedido, señaló. Trillo insistió en que los primeros datos recabados por el oficial general español incorporado a la comisión de investigación en Turquía revelan que no hubo anomalías en relación con el estado del avión -que inspeccionan de forma periódica expertos de la ONU y la OTAN-, su mantenimiento, suministro de combustible, permisos y documentación. Todo estaba, de acuerdo con la información de que dispone, en regla y de acuerdo con las normas internacionales de aviación. El ministro fue aún más lejos. Aseguró que el mismo Yak-42 del accidente había sido utilizado con anterioridad por España en 6 ocasiones, al igual que otros aparatos procedentes de países de la antigua Unión Soviética, como los gigantescos Antonov de carga rusos, Tupolev e Yliushin 76. En total, 44 vuelos contratados a través de la agencia NAMSA de la OTAN. Aseguró que ningún jefe de Estado Mayor recibió queja alguna, verbal o escrita, sobre la capacidad técnica o las condiciones de seguridad de esos aparatos. Su Ministerio -remarcó en dos ocasiones- sólo conoció una queja formulada por un oficial por un retraso de 5 horas sobre los planes de llegada, problemas de repostaje y los controles a los que él y sus hombres fueron sometidos a su llegada a España. ITV aérea El titular de Defensa precisó que NAMSA -agencia de la OTAN que según su secretario general actúa sólo de intermediaria entre Gobiernos y las compañías aéreas- es quien adjudica los contratos. Por tanto, es «responsable ante el Ministerio de Defensa del certificado de navegabilidad» de las aeronaves, que identificó como «la ITV» de cada aparato. Según Trillo, el último certificado había sido emitido el 24 de abril de 2003 y tenía una validez de un año. Por eso, la suspensión de contratos con NAMSA, que el Gobierno decidió el pasado domingo, no obedece a la falta de seguridad, sino -explicó- a un intento de «evitar que se agravase la posible alarma» suscitada a raíz del siniestro. Trillo defendió además la utilización de aviones ucranianos dadas las carencias que, reconoció, padece el Ejército del Aire en materia de transporte estratégico. Señaló así que Ucrania es un país con «enorme tradición aeronáutica», que cuenta con grandes industrias y escuelas de pilotos. Además, comentó que ese país está clasificado en la categoría más alta -igual que España- en cuanto a seguridad y calidad aérea, de acuerdo con las inspecciones que realiza Estados Unidos. También rompió una lanza a favor de los denostados Yak-42, que representan a «una de las principales constructoras del mundo» y cuentan con «todos los equipos que exige la normativa» en materia de aproximación y ayuda al aterrizaje que exigen las normativas para operar en la Unión Europea y Estados Unidos. El ministro insistió en que la atención a las familias de las víctimas ha sido «desde el primer momento» la prioridad máxima del Gobierno. Destacó que él mismo se dirigió en persona, por escrito, a cada familia para ponerse «a su entera disposición» y mantenerlas «personalmente» informadas.

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