Errores humanos

LA TRAGEDIA de Albacete, la más grave que ha tenido lugar en España en las últimas tres décadas, resulta difícilmente inteligible para quienes pensábamos que nuestros ferrocarriles habían alcanzado un grado de desarrollo y tecnificación comparable al de nuestros vecinos europeos. Cuando aquí se exaltan las magnificencias del AVE, resulta surrealista que se haya producido un choque frontal en «un tramo de dirección única». ¿Cómo es posible que no se hayan desdoblado todas las vías férreas en las zonas de mayor tráfico ferroviario?, y porque un trabajador, que debía haber accionado un semáforo, se ha equivocado, según ha declarado el ministro Álvarez Cascos. Hace más de cincuenta años que existen sistemas de seguridad ferroviaria que impiden esta clase de accidentes, ya que eluden el error humano, y no es nada caro instalarlos. Aquí, en cambio, seguimos a lo que parece anclados en el siglo XIX, aunque exhibamos la alta tecnología en época electoral. Para el ministro de Fomento, que ha confirmado la equivocación del empleado que dio la salida a los trenes, el hecho de que hubiera vía única no ha sido un elemento desencadenante del desastre. Vivir para ver.