Diario de León

Los populares consideran que esta opción es la mejor de todas las que se plantean en la Comunidad

PP y PSOE apuestan por nuevas elecciones para la crisis de Madrid

Los socialistas esperan que los diputados expulsados entreguen sus actas

Zapatero junto a Caldera en la sesión de control al Gobierno celebrada en el Parlamento

Zapatero junto a Caldera en la sesión de control al Gobierno celebrada en el Parlamento

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P. de las Heras - madrid
León

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Todo está aún en el aire, pero la posibilidad de que sea necesario convocar unas nuevas elecciones para determinar quien debe ostentar el poder en la Comunidad de Madrid está cada vez más cerca. La idea no disgusta a la candidata del Partido Popular, Esperanza Aguirre, que ve ahora menos cerradas las puertas de la administración regional. El secretario general de la Federación Socialista Madrileña, Rafael Simancas, en cambio, cree que unos nuevos comicios perjudican sus expectativas, por lo que prefiere agarrarse a la opción de que la situación se encauce, los dos diputados 'rebeldes' renuncien a sus escaños y el PSOE recobre, con el apoyo de Izquierda Unida, la mayoría absoluta en la Asamblea. María Teresa Sáez y Eduardo Tamayo -los dos socialistas que con su ausencia, permitieron el lunes que la presidencia del Parlamento regional recayera en la popular Concepción Dancausa- tienen la solución a este embrollo en sus manos. El deseo del PSOE, que ya les ha expulsado del partido, es que entreguen sus actas de diputados para que pasen a otros dos miembros de la formación. Así, Simancas se garantizaría la presidencia de la comunidad gracias a los votos de sus 47 parlamentarios y los 9 de IU. Los «traidores» sin embargo, no parecen dispuestos a dar su brazo a torcer. La intención de Tamayo, y en principio también la de Sáez, es jurar su cargo (algo que aún no han hecho) y pasar a formar parte de un grupo mixto que hoy por hoy no existe. A partir de ese momento, condicionarían su apoyo a la investidura del candidato socialista a que no se llegara a pacto con Izquierda Unida o, en todo caso, a que la presencia de esta coalición en el Gobierno autonómico quedara reducida al mismo porcentaje de votos obtenidos el pasado 25 de mayo. Si no, seguramente se abstendrían. Y si así fuera Simancas no podría ser nombrado presidente. En principio, parece más probable que tal y como están las cosas la primera sesión de investidura tenga como protagonista a Esperanza Aguirre. Tamayo y Sáez no son partidarios de concederle su voto, pero tampoco han asegurado que votarán en su contra. Si se abstuvieran en este pleno, Aguirre se convertiría en la sustituta de Alberto Ruiz-Gallardón al frente de la comunidad, pero sólo en una segunda votación, ya que para la primera no basta con mayoría simple. Pero si el partido que lidera José María Aznar cruza los dedos para que haya nuevas elecciones, el PSOE afronta con pavor esta posibilidad y prefiere esperar que aquellos que les han traicionado atiendan a razones. Aunque reconoce que no puede descartarse el adelanto electoral, Rafael Simancas considera que no sería la opción más apropiada. A su juicio, los electores expresaron su deseo en las urnas hace unas semanas y determinaron que la Comunidad de Madrid necesitaba un «gobierno de progreso», compuesto por su formación y la de Fausto Fernández. La idea de pasar por otra campaña, además, no ilusiona demasiado al secretario general de la FSM, que admite que la imagen de su partido ha podido quedar dañada tras lo vivido el lunes en la Asamblea. Su anhelo es que la situación actual se solucione cuanto antes y a su favor pero, de momento, ya ha suspendido las negociaciones con IU sobre el Gobierno regional. Unas negociaciones que quedaron estancadas hace días por la falta de acuerdo sobre la Consejería de Educación, irrenunciable para ambas partes. Mientras, Alberto Ruiz-Gallardón ejercerá de presidente en funciones de la comunidad y, a partir de este sábado, compaginará el cargo con el de alcalde. Algo nunca visto.

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