Los dos parlamentarios comunicaron a Dancausa que no piensan renunciar a sus escaños
Tamayo y Sáez anuncian que van a a apoyar la investidura de Simancas
El candidato socialista insiste en que no quiere el voto de los dos diputados traidores al partido
Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez, los diputados «rebeldes» del PSOE, no renunciarán a sus escaños. Los dos parlamentarios remitieron ayer una carta a la presidenta de la Asamblea de Madrid, Concepción Dancausa, en la que le comunican su decisión de tomar posesión de sus cargos en el próximo pleno y apoyar a Rafael Simancas en una posible sesión de investidura. Con esta medida dan por tierra con la aspiración de los socialistas de desprenderles del acta de diputados y sustituirlos por otros dos representantes más disciplinados. Si cada cual cumple su palabra, la convocatoria de elecciones en otoño será inevitable. «Es firme decisión de quien suscribe que nuestra posición de voto será la de apoyar al candidato del grupo parlamentario Socialista don Rafael Simancas Simancas», afirma Tamayo en su carta a Dancausa, en la que habla también en nombre de su compañera María Teresa Sáez, «que con igual sentido me ha sido manifestado en reciente conversación telefónica». El diputado electo pide que se le cite «formalmente» para «posibilitar la práctica de la promesa o juramento de acatamiento de la Constitución» y que se le remita el impreso de la declaración de actividades, necesario también para acceder a la condición de parlamentario. Al líder de la Federación Socialista Madrileña se le abren ahora dos posibilidades: o acepta el pacto que ofreció hace una semana Esperanza Aguirre para no presentar candidato alguno a la sesión de investidura y forzar unos nuevos comicios, o solicita la confianza de la Asamblea y se erige en presidente de la Comunidad. En ese caso, su compromiso, reiterado ayer mismo, de rechazar los votos de Tamayo y Sáez, a los que se ha expulsado del partido y contra quienes se presentó este martes una querella criminal, le obliga a aceptar el cargo, disolver las Cámaras y anunciar un nuevo proceso electoral. Arma arrojadiza La carta del diputado Tamayo no sólo facilita el camino a la apuesta del PP por celebrar nuevas elecciones, sino que sirvió a Esperanza Aguirre y a otros miembros de su partido como arma arrojadiza contra el PSOE, contra Izquierda Unida y contra todos aquellos que han insinuado su vinculación con la supuesta trama de corrupción que le llevaron tanto a él como a Sáez a traicionar a su propio partido y ausentarse de la votación en la que se debía elegir al presidente de la Asamblea. Ahora que está claro con quien están los «díscolos», vino a decir la representante popular, deberían retirar sus acusaciones de conspiración «porque está claro que no la había». El argumento no sonó muy convincente a Simancas, que no sólo no se retractó de nada de lo que ha podido decir en los últimos días sino que incluyó este golpe de mano de Tamayo dentro de las estratagemas del Partido Popular para evitar que sea él quien gobierne.