Los delitos protagonizados por bandas de inmigrantes se multiplican por tres

Los actos delictivos cometidos por inmigrantes en León capital, una ciudad todavía «tranquila» en opinión de los expertos policiales, se han multiplicado casi por tres en lo que va de año, pasando de 34 detenciones en el 2002 a 60 sólo entre los pasados meses de enero y mayo. La delincuencia protagonizada por la inmigración se limita, al menos por el momento, a pequeños hurtos o robos en viviendas y comercios, aunque estos suponen ya casi la mitad de este tipo de sucesos. El resto está protagonizado por delincuentes locales menores. Según el comisario jefe de León, Angel Miñambres, la colonia extranjera en León es un modelo de integración independientemente de los lugares de origen, de forma que el grueso de las denuncias corresponden a extranjeros, pero residentes en otros lugares, que ocasionalmente «barren» la provincia y generan inquietud entre la población actuando en bandas organizadas. El año pasado, sobre un total de 529 detenidos en la comisaría leonesa por la comisión de cualquier tipo de delitos 34 eran inmigrantes o cómplices españoles relacionados con ellos: nueve rumanos, tres colombianos y el resto pertenecientes a nacionalidades muy diversas y casi siempre por delitos aislados, como lituanos, marroquíes, brasileños y polacos, entre otras nacionalidades de origen. La colonia extranjera en León presenta, según la policía, un comportamiento escasamente conflictivo, que apenas sumaba hasta el año pasado un 7% de los delitos cometidos en la ciudad. De hecho, durante el pasado año fueron cuatro veces más los extranjeros detenidos por estancia ilegal o «sin papeles» que por estrictos motivos de delincuencia. Las autoridades gubernativas han tratado con cierto guante blanco a los primeros, para los que únicamente se han tramitado media docena de expulsiones, dándoles tiempo a regularizar su situación en España, en tanto que casi la mitad de los segundos han sido devueltos a sus países de origen de la forma más rápida posible. En lo que va de este año, sin embargo, las estadísticas sobre delincuencia e inmigración se han disparado, incrementándose en un 240% hasta finales de mayo, con un total de 60 detenciones, equivalentes a casi el doble que en todo el 2002. Paralelamente el porcentaje de delitos cometidos por extranjeros ha aumentado hasta el 15% del total, mientras disminuye el número de cómplices de nacionalidad española. Según Miñambres, está tendencia al alza es todavía más llamativa que preocupante, al menos en comparación con otras ciudades españolas, especialmente las grandes áreas de Madrid, Bercelona o el Mediterráneo, pero empieza a plantear cierta desconfianza entre la población leonesa. Este año las detenciones han sido especialmente numerosas entre miembros de la comunidad rumana, con 19, y argelina, con nueve, seguidas de ciudadanos marroquías, brasileños, lituanos e ecuatorianos, a los que hay que añadir casos aislados de inmigrantes senegaleses, ucranianos y bolivianos. De acuerdo con las mismas fuentes, en León sigue sin haber bandas organizadas, al menos con carácter permanente, «pero el problema está en las que puedan llegar de fuera actuando de paso por toda la provincia». «Se trata de grupos itinerantes y muy difíciles de pillar in fraganti, aunque nosotros hemos podido coger ocasionalmente a algunos al completo». Junto a la comunidad rumana otra de las más conflictivas es la colombiana por sus conexiones con el narcotráfico en Galicia.