«Hay algunos mercadillos de Bucarest que parecen un bazar de cosas de aquí»

Según el comisario jefe de León, Angel Miñambres, el valor de los objetos sustraídos en la ciudad por las bandas de delincuentes extranjeros no es excesivamente elevado, estimándose el pasado año en poco más de 300.000 euros, el equivalente a 50 millones de las antiguas pesetas. Se trata, en su mayor parte, de joyas, dinero en metálico y objetos valiosos robados tanto en domicilios particulares como en pequeñas empresas y que luego «viajan» hasta el país de origen de los labrones, cruzando insospechadamente todo tipo de fronteras. «Por los contactos que nosotros mantenemos por la policía de allí o por las noticias que nos llegan, algunos mercadillos de Bucarest, en el caso de los rumanos, parecen, por ejemplo, un bazar español, hasta el punto de que puede encontrarse de todo, especialmente teléfonos móviles». La forma de trabajar de los delincuentes rumanos es relativamente sencilla. Según la policía, en contra de los que se ha novelado frecuentemente sobre métodos profesionales relacionados con los servicios de policía o de información militar de aquel país, el delincuente que opera en España sigue las reglas más clásicas y simples: tiene un socio que le informa del eventual botín u objetivo, roba en el local o domicilio con herramientas de ferretería, como palanquetas o llaves maestras, y, a continuación, se fuga. La única diferencia con los pequeños delincuentes locales es que, además de actuar en grupos numerosos, suelen tener socios que inmediatamente después de cometer los robos se encargan de trasladar la mercancía con destino desconocido, como si los primeros no hubieran hecho nada. «No son policías de países del Este ni nada parecido, al menos por lo que hemos visto hasta ahora por aquí, pero si profesionales y organizados. Se informan antes sobre dónde pueden robar y luego actúan, casi siempre en barrios o locales céntricos, aunque en ocasiones también se equivocan». Según la policía, gran parte de las mercancías robadas en León y, en general, en España, acaban fuera de las fronteras nacionales, según datos contrastados con los servicios se seguridad de los países de origen de los ladrones. Según el comisario Miñambres, «a veces nos dicen, cuando contactamos con ellos, que han encontrado un auténtico bazar con cosas de aquí en Bucarest por ejemplo». Hasta el momento se trata, sin embargo, de un tipo de delincuencia que le limita al robo con fuerza de objetos pequeña o medianamente valiosos, sin víctimas o daños a personas.