Setenta playas del Cantábrico recibieron ayer restos de fuel del "Prestige"

El problema se agudizó la semana pasada con la llegada al litoral cantábrico de miles de «galletas» de entre 2 y 20 centímetros de diámetro debido al viento y el calor que derrite y eleva a la superficie los residuos. Las autoridades minimizan sus efectos, que amenazan con arruinar la temporada estival, pero al mismo tiempo activan planes especiales de vigilancia y limpieza. La propia ministra de Medio Ambiente, Elvira Rodríguez, reconoció en Galicia que este sábado 70 playas del norte peninsular recibieron fuel del Prestige. No obstante, pidió «tranquilidad» a los bañistas porque, aseguró, «las playas están bien y van a seguir estando bien». Anunció que su departamento, en colaboración con el Ministerio de Fomento, enviará barcos y lanchas a interceptar y limpiar el chapapote en alta mar antes de que llegue a la costa. Después de visitar varios municipios de La Coruña, la ministra recalcó que el fuel que llega estos días a la costa «es nuevo», pero «no fresco». Según explicó, este chapapote no procede del pecio del barco hundido sino de una mancha que hace unos días se disgregó cerca del Golfo de Vizcaya y fue empujada a tierra por el viento del noroeste. El comisionado especial del Gobierno para la catástrofe del Prestige, Rodolfo Martín Villa, coincidió con las apreciaciones de la ministra y, aunque reconoció que la situación «se ha complicado» en los últimos días, vaticinó que «la campaña turística será positiva». A pesar del optimismo gubernamental, continúa la llegada de fuel a la costa de Lugo y La Coruña, en las que los retenes de limpieza recogieron el viernes seis toneladas de residuos. Un trabajo ingrato porque el sábado 32 playas de la zona amanecieron de nuevo salpicadas de manchas negras y pegajosas. El Gobierno espera que a finales de junio estén limpias seis playas gallegas en las que el hidrocarburo quedó alojado en las rocas y capas profundas de la arena. Para ello, el personal y los técnicos de limpieza emplean métodos manuales y otros más sofisticados como la biorremediación, que consiste en su recuperación a través de bacterias. No obstante, el comisionado del Gobierno reconoció que algunas zonas no podrán ser descontaminadas del todo porque «son sitios inaccesibles». Buzos En las Islas Cíes, ocho parejas de buzos y dos barcos de apoyo comenzaron a limpiar la semana pasada los fondos de una playas donde se detectó la presencia de carburante. Los buceadores se valen de una draga con varias bombas de succión para retirar el fuel. El acceso al archipiélago es ya el habitual de cualquier verano y sólo las zonas donde se realiza la extracción están balizadas y cerradas al baño. En Asturias, la llegada de fuel disminuyó en los últimos días, después del susto del pasado fin de semana. Sólo en Gijón fueron recogidos 26.000 kilos de residuos. Las autoridades del Principado aseguraron que no se han producido un aumento de la llegada de petróleo a los arenales de la comunidad. Por eso, y por las previsiones favorables en cuanto a los vientos, esperan mantener las playas limpias en los próximos días.