La saturación del Constitucional amenaza su eficacia, según su presidente

El presidente del Tribunal Constitucional, Manuel Jiménez de Parga, aseguró ayer que el creciente número de recursos que plantean los ciudadanos supone un «grave riesgo» para la «diligencia y eficacia» de la corte que dirige. La cantidad de asuntos que cada año entra en su registro no ha parado de crecer desde su creación y en 2002 ascendió a 7.456. Su responsable máximo pide un cambio de sede y más personal para salvar «la efectividad de las garantías constitucionales». Jiménez de Parga lanzó este aviso durante el acto de presentación de la memoria que repasa la actividad desarrollada por el Constitucional en 2002. En su prólogo, asegura que el constante incremento en el número de asuntos es «motivo de preocupación» porque la institución se encuentra «literalmente desbordada». Esa «avalancha de recursos», explicó, podría lastrar su eficiencia a la hora de responder a los altos intereses que debe garantizar. Para subsanar estas carencias y «dar respuesta en tiempo» a las demandas de los ciudadanos consideró «imprescindible» el cambio de sede y un aumento en la plantilla de los letrados que asisten a los magistrados. Jiménez de Parga se quejó de que, a día de ayer, todos los despachos del edificio están «cubiertos», por lo que a los nuevos juristas ya «no hay donde sentarlos». Estas demandas no son nuevas, pero podrían tener respuesta en breve. El Gobierno planea trasladar el Constitucional a un edificio mayor, situado en pleno centro de Madrid, en la confluencia de la calle de Alcalá con la plaza de Cibeles.