| Entrevista | Longinos Álvarez |
«Las cañadas desaparecen»
Longinos Álvarez es el mayoral de uno de los rebaños trashumantes que durante casi un mes han estado recorriendo varias provincias de Extremadura y Castilla y León para llegar al puerto de Pandetrave. Se ha criado con el ganado y formado en el día a día conviviendo con los pastores, lo que le llevó a serlo en la ganadería de los Hidalgo de Sena; hasta que con el paso del tiempo formó su propio rebaño. -¿Cómo es una jornada en esta ruta de la trashumancia? -Te levantas muy temprano. Desayunas, se recogen todos los utensilios de campaña, se quita la red y sale con el ganado. Todo es seguir hasta el mediodía, para buscar un lugar donde poder dar de comer al ganado, parar y hacer el sesteo hasta las seis de la tarde. Sobre todo en días de mucho calor, que hay que esperar a que baje un poco la temperatura. La marcha continua hasta buscar un lugar donde poder dormir tanto nosotros como el ganado. -¿Cómo es la noche? -Es tranquila. Una vez que has cumplido la jornada del día. Se cena y comienza un tiempo de charla y contertulia entre los pastores y compañeros. Es un momento de mucho relax. Este año no nos ha llovido y hemos podido dormir al aire libre con colchonetas. -¿Cuáles son los mayores problemas que os encontráis? -Principalmente que las cañadas desaparecen en muchos lugares de Castilla y León, ya que a veces son caminos y eso hace difícil el dar de comer al ganado. En cuanto a los pastores, el mayor problema es el tiempo, sobre todo la lluvia ya que hacer una jornada con agua es muy dificultoso. El agua se lleva mal. -La gente, ¿cómo reacciona? -Hay de todo; te encuentras con gente que protesta cuando se forman caravanas detrás del ganado y hay gente que lo entiende e incluso disfruta y sale a acompañar el ganado durante un cierto tiempo para regresar después a su coche que ha quedado un kilómetro atrás.