Diario de León

Los cordeles han sido invadidos por asfalto, edificaciones y sembrados ante la desidia de la Administración

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La ruta de más de 500 kilómetros que forma el proyecto de los rebaños trashumantes que finalizan su trayecto en las montañas leonesas está llena de impedimentos y problemas. En gran parte del recorrido han desaparecido las cañadas y no existen los abrevaderos para que el ganado pueda beber agua. Uno de los mayores defensores de este proyecto y presidente del Consejo de la Mesta, Jesús Garzón, recuerda que las cañadas, principalmente en Castilla y León, han desaparecido o han sido labradas, ya que en esta año la buena temporada de lluvias ha hecho que los agricultores las sembrasen de trigo primero y posteriormente de leguminosas: «Esta circunstancia, unida al calor, ha hecho que el ganado tuviese un retraso de varios días frente a lo habitual de otros años ya que los animales sufren al tener que dejar las cañadas e ir por caminos que en su mayoría son pedregoso están asfaltados». Señala que la gran cuna de la trashumancia es Castilla y León, pero que por el contrario son otras comunidades de España las que más están apostando por conservar este tipo de vida. Para ello «hacen una apuesta fuerte» en la conservación de las cañadas, en sendas verdes, abrevaderos y reforestaciones. Cada año peor Considera que Castilla y León tiene un asignatura pendiente con la trashumancia, ya que cada año la ruta está peor. En esta edición se han encontrado no sólo labradas la cañadas sino incluso los caminos. «Si a esto no se le pone coto en pocos años no podremos volver a trashumar. A esto hay que unir que la Confederación Hidrográfica del Duero, al canalizar los arroyos y las cunetas para desaguar a los ríos, impide que el ganado beba. Así que nos hemos pasado dos veces, tres jornadas completas, sin encontrara agua», se lamenta Garzón. Considera que es triste para los ganaderos ver por todo el recorrido aspersores para el riego y ellos, que tienen el derecho a usar la cañadas y a que éstas estén adecuadamente por ley, no conserven ni siquiera un pozo de agua para el rebaño. No obstante ve una puerta a la esperanza, dado que desde la Administración autonómica «parece» que se pretende dar un primer paso encaminado a la construcción de abrevaderos; que por lógica deberían existir cada diez kilómetros.

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