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Aguirre acusa al candidato del PSOE de «hundir» a Rodríguez Zapatero

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m.s | madrid
León

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? La candidata del PP a la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, acusó al líder de la FSM de utilizar la investidura fallida de este sábado como «salvavidas» a su carrera política, aunque ello sea a costa del «naufragio» del resto del PSOE y de su secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero. Tras mantener esta conducta y perder la votación de este sábado, dijo, Simancas debería dimitir «si tuviera dignidad». Aguirre, que consideró que este debate «no tenía ni pies de cabeza» porque era la investidura de un diputado que no fue presidente de Madrid, se defendió de las acusaciones del PSOE con un duro ataque contra Rafael Simancas. «Estamos ante un debate trampa, concebido para servir de salvavidas a su carrera política aunque sea a costa del naufragio de Rodríguez Zapatero y del PSOE», afirmó. En la misma línea que el diputado fugado Eduardo Tamayo, entendió que el origen de esta crisis está en la FSM y en la reunión que en 2002 mantuvieron dirigentes de la FSM y del PSOE en Ferraz para hablar de cuotas de poder y de la necesidad de evitar que Trinidad Jiménez tuviera que concurrir a unas primarias ante Joaquín Leguina. Defendió el derecho a la intimidad de Eduardo Tamayo por las llamadas telefónicas que el PSOE ha publicado que hizo en los días previos al escándalo y consideró una «trampa» que los socialistas no publicaran la lista completa de llamadas, y sólo las que les interesaban. La candidata popular se despachó a gusto con la FSM, en la que dijo que «todo huele a podrido» y advirtió que el PSOE ha demostrado con este embrollo que es «un peligro letal» para la estabilidad de las instituciones, por lo que no se merece gobernar. Según dijo, el PSOE no tiene un problema momentáneo: «el PSOE es el problema». Rechazó los intentos de los socialistas de trasladar esta crisis al PP -«no tienen pruebas», dijo- y subrayó que «estamos ante un problema interno del PSOE, del que debe hacerse responsable de él y solucionarlo». Frente a este panorama que presentó de sus rivales políticos, volvió a pedir elecciones en la región y, en un tono más de precampaña que de otra cosa, situó a su partido como una formación «coherente, limpia, decente, que se rige por principios». «Decididamente el PSOE tiene otra forma de ser y de gobernar», ironizó con el lema de la última campaña socialista. Sugirió que Simancas debería dimitir después de perder la votación y de haber «mentido» a los ciudadanos. En un discurso en el que empleó defensas similares a las utilizadas por Tamayo para desligarse de la trama, también arremetió contra los pactos del PSOE con IU, formación a la que acusó de tener una «avaricia desatada», aunque reconoció que esos acuerdos son legítimos. «Si el PSOE no es de fiar, IU no es de fiar en absoluto».