Una compañía finlandesa y otra española buscan oro en cinco puntos de la provincia
Los yacimientos de mineral se localizan en torno a Riaño, Omaña y Foncebadón, aunque tardarán años en explotarse. Las investigaciones han sido heredadas, en muchos casos, de multinacionales inglesas.
Una multinacional finlandesa vinculada a la minería del cobre en varios continentes, Outokumpu Mining Oy, y otra empresa española fuertemente relacionada con la Junta y a las cajas de ahorros de Castilla y León, Siemcalsa, investigan actualmente dos posibles yacimientos auríferos en la provincia, con base en Omaña, el Bierzo y Fonce badón, la primera, y en el entorno de Riaño y la pequeña localidad de Salamón, la segunda. Los estudios y prospecciones duran ya varios años, en su mayor parte heredados de permisos de prospección de otras compañías, como British Petroleum, que no encontraron leyes de mineral (gramos de oro por tonelada de tierra removida) suficientemente atractivas, aunque sí indicios de la existencia del mismo. Las empresas que operan en León intentan seguir los pasos de la asturiana Río Narcea Gold Minex SA, que actualmente desarrolla una importante explotación aurífera en aquella provincia y por primera vez ha obtenido beneficios este año, aunque después de una cuantiosa inversión: 15 millones de euros (no menos de 2.500 millones de las antiguas pesetas) en tareas de localización de los yacimientos y seis millones de euros (mil millones de pesetas) más en instalaciones de explotación propiamente dichas, que incluyen costosos tratamientos químicos e industriales para el mineral, además de para protección del entorno. El grupo Outokumpu ha llegado a un reciente acuerdo con Río Narcea Goldpara reforzar la investigación de oro en Omaña (Andarroso y Trascastro) y abrir otras nuevas en la zona de Foncebadón, renunciando al área de Oencia, donde también buscaba antes otros minerales asociados, como plomo y cinz. Se trata, en todos los casos de yacimientos secundarios o de mineral de sedimentación que pueden ser extraídos a través de explotaciones a cielo abierto, con ingentes movimientos de tierra pero a un coste relativamente bajo en mano de obra. Outokumpu invierte una media de 2,1 millones de euros (350 millones de las antiguas pesetas) en España cada año para este tipo de proyectos y prevé realizar en León los primeros sondeos de evaluación (medición de la rentabilidad del mineral) en los próximos meses. Aún el supuesto de que estos resultaran positivos, se calcula que su extracción no comenzaría antes de la próxima década. Según el geólogo de la Delegación Territorial de la Junta, Roberto García, los plazos para poner en explotación el yacimiento de Salamón, en manos de Siemcalsa pueden ser sensiblemente más bajos (de tres a cuatro años), aunque su financiación se ve frenada por la ubicación del yacimiento, en pleno parque natural de los Picos de Europa, lo que encarece todo tipo de costes y permisos. La incertidumbre sobre las trabas burocráticas que pueden frenar o suprimir de un plumazo este tipo de investigaciones y empresas.