No puedo ser juez y parte

Es evidente que ganó Aznar. Porque jugó siempre en el área contraria, tuvo más ambición de gol, y contó con el apoyo del árbitro y del público. Porque su desparpajo le permite convertir en dogmas las medias verdades. Porque da la sensación de estr seguro de todo lo que dice. Porque no duda en sacar ventaja de la ingénua lealtad de Rodríguez Zapatero. Porque sabe las debilidades del PSOE, y las maneja sin escrúpulos. Pero yo no soy un juez imparcial. Porque soy el único ciudadano de España del que Aznar se acordó expresamente, demostrando que me conoce y me sigue, y que piensa en mi mientras gobierna. Y no tendría perdón de Dios si no supiese agrdecerle tanta deferencia.