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Publicado por
Julia Navarro
León

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Aznar se va y en este su último debate sobre el estado de la Nación ha intentado dejar fuera de juego a Rodríguez Zapatero. Hay quién busca símiles taurinos o deportivos para explicar lo sucedido en el debate, a mí me van a permitir que recurra a los cuentos. Aznar es un lobo resabiado, sin piedad, que ataca y despedaza a quien osa enfrentársele, mientras que a José Luis Rodríguez Zapatero algunos socialistas le han colgado el sobrenombre de Bambi . El Lobo salió a la tribuna convencido de que, de un solo bocado, se comía a Bambi y asunto terminado, es decir, condenaba al PSOE a buscar otro líder, sumiendo al principal partido de la oposición a una larguísima travesía del desierto. Bueno pues el Lobo no logró comerse a Bambi por más que lo intento. Le dio dentelladas, sí, muchas, con intención de devorarle, pero Bambi se revolvió, le plantó cara, le esquivó, le hizo correr detrás de él y salió vivo ante la admiración de propios y extraños. Aznar se va, dice él, pero hay quién cree que el presidente sólo hará un mutis por el foro antes de regresar si es que su sucesor le deja, porque no hay nada más incomodo en política que sentir el aliento de la reina madre , y Aznar se va a convertir en una reina madre demasiado potente, con demasiados recursos como para que su sucesor esté tranquilo, por más que ahora sus posibles sucesores hagan declaraciones de amistad eterna hacia su jefe. Bambi se queda, y su siguiente prueba será las elecciones de 2004, aunque antes tenga que superar dos hándicaps importantes: nuevas elecciones en la Comunidad Autónoma Madrileña y las elecciones autonómicas catalanas. Por lo pronto Bambi ha demostrado a los suyos que es duro de roer, que aguanta, y si algo debe tener un político es eso, aguante, ser capaz de no derrumbarse ante los problemas, ni dar pasos atrás en las crisis. Rodríguez Zapatero ha salido bien del debate sobre el estado de la nación. Y eso es lo que hay.

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