Treinta voluntarios para limpiar el valle

Roberto Matías, ingeniero de caminos y socio de Promonumenta, es uno de los voluntarios que más tiempo lleva trabajando en La Cabrera. Desde el momento en el que la asociación cultural empezará a tener constancia de la importancia del descubrimiento, Roberto ha estado peinando el área de manera insistente. Este joven leonés es el que mejor conoce la zona. Su ardua labor de reconocimiento ha resultado de vital importancia para que esta explotación aurífera salga a la luz. Agustín Suárez se deshace en elogios para su compañero de organización. Dice de él que es un trabajador nato y que se ha tomado este asunto de forma muy personal. Normalmente realiza su trabajo en las minas de Sabero. Su amor por la naturaleza y el deseo de convertir el valle del Yeiroso en Patrimonio Histórico de la Humanidad han convertido su tiempo libre en una constante lucha. Su deseo es que se reconozca la labor de los quinientos socios de Promonumenta para que los poderes públicos se conciencien del tesoro arqueológico que hay en nuestra provincia. Junto a él hay otras veinte personas que han acudido a LLamas de la Cabrera de forma desinteresada. La geografía abrupta no supone ningún obstáculo para ellos. La limpieza del área se realiza una vez al año. no es más que una forma testimonial para dar a conocer la riqueza de una zona qe ha estado olvidada por las instituciones. Con la limpieza de los canales y la recuperación de las explotaciones mineras se pretende incentivar el turismo de La Cabrera. Y del mismo modo dar un toque de atención a los órganos competentes.