Dramático «problema vasco»

COMO estaba previsto, la comisión permanente del Consejo General del Poder Judicial suspendió ayer la Sala de la Discordia que debía resolver la querella contra el presidente de la Cámara vasca, Juan María Atutxa, como medida cautelar ante la posibilidad de que su composición no se ajuste a derecho. Todo indica que, efectivamente, los tres magistrados que iban a sumarse al Tribunal para deshacer el empate no habían sido designados de acuerdo a lo preceptuado por la Ley Orgánica del Poder Judicial, por lo que la medida tiene plena apoyatura jurídica. Con todo, y como resultaba previsible, el asunto ha derivado en una agria discusión política: el PNV ha utilizado palabras gruesas, ha llegado a hablar de «mafia» judicial y ha interpretado que aquella decisión habría sido dictada por el Gobierno para impedir una resolución que no iba a agradarle... Llegados a este punto, cuando las instituciones recurren al insulto para dirimir sus diferencias, la política cede el paso a la enemistad y los problemas empiezan a volverse insolubles. O cunde la cordura en el contencioso entre Madrid y Vitoria, o asistiremos a un desenlace dramático del «problema vasco».