Diario de León

En veinte años, las plazas españolas en el norte de África serán de mayoría musulmana

Ceuta y Melilla se afanan en su integración tras la crisis de Perejil

Cuando se cumple un año de la crisis con Marruecos, el escenario social sigue siendo igual

Las cabras del islote Perejil son los únicos seres que pisan el territorio de la discordia

Las cabras del islote Perejil son los únicos seres que pisan el territorio de la discordia

Publicado por
D. Beriaín - redacción
León

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Ahora son un tercio de la población, pero en veinte años las dos plazas españolas en el norte de África serán de mayoría musulmana. Melilla tardará apenas diez años en alcanzar esta condición; Ceuta, el doble. Pero los números no fallan. A un ritmo de casi cinco hijos por mujer musulmana, frente a poco más de un hijo por mujer cristiana, la pogresión es clara. Esto, que podría no pasar de ser un dato estadístico, adquiere una importancia crucial en dos sociedades que han vivido históricamente enfrentadas al moro. La integración social, después de siglos de convivencia, sencillamente no existe. Ejemplo: pese a que el 50% de los escolares son musulmanes, entre los más de 1.000 profesores que hay en Ceuta sólo tres profesan esa religión. En Melilla los colegios de mayoría musulmán alcanzan un 70% de fracaso escolar por la sencilla razón de que los escolares reciben las clases en castellano y esa lengua los niños sólo la escuchan de sus profesores. En casa hablan el tamazight, un dialecto bereber. Ejemplo: tanto en Melilla como en Ceuta, los musulmanes habitan barrios muy definidos, en los que los cristianos apenas entran y a los que estos últimos atribuyen ser la guarida de los narcotraficantes. Los dos grupos se mezclan poco o nada. Ejemplo: los cristianos viajan mucho más seguido a la Península que a Marruecos, a pesar de que viven literalmente cercados por él y, en el caso de Ceuta, separados por una versión reducida del Telón de Acero para parar a los emigrantes ilegales. La crisis de Perejil -hoy se cumple un año del desembarco español- no hizo sino poner de actualidad en la Península esa falta de integración social que sufren los enclaves españoles y que, por momentos, amenaza con convertirse en un conflicto serio. Los cristianos no dejan de sentirse cercados por los musulmanes e históricamente olvidados por Madrid. Hasta el santo y seña de la sociedades melillense y ceutí, el Ejército, ya tiene un 25% de soldados de origen musulmán. Los musulmanes, por su parte, no parece que apoyen la reivindicación marroquí sobre Ceuta y Melilla.

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