El PSOE recupera el control de Armi en una asamblea marcada por la división del PP

Lo que debería haber sido una reunión de trabajo de alcaldes para trazar las líneas maestras del nuevo mandato y elevar por aclamación a la presidencia, por segunda vez -fue alcalde fundador y secretario desde 1991 y presidente desde 1995 a 1999- al socialista Laudino García en sustitución del popular Jaime González se convirtió en un nuevo escenario de confrontación política interna de ambas formaciones. El protagonismo de Armi ayer lo tomó el Bierzo, tanto porque un berciano, alcalde de Igüeña, sustituye a otro, que lo fue de Bembibre hasta las últimas elecciones de mayo, como porque fue allí donde ambos partidos encontraron su china en el zapato. El PP fue quien más problemas tuvo. Cuatro alcaldes (de Páramo del Sil, Folgoso de la Ribera, Noceda y Benuza) y el delegado por Toreno -con el voto delegado de Borrenes, Priaranza y Sobrado, también bercianos- abandonaron antes del mediodía la asamblea descontentos con el reparto en el comité permanente de Armi realizado desde el partido en León. Coinciden con el sector oficial del PP berciano, el que se enfrentó a la cúpula leonesa y ganó en la representación en la Diputación. Los populares leoneses no cedieron y esta vez impusieron una lista en la que sólo ofrecían representación a Páramo; su alcalde no aceptó por solidaridad con sus compañeros y el PP tuvo que rehacer su lista. Mientras, el PSOE se encontró su china en el zapato con Bembibre. Todos sus delegados en Armi, por imposición del partido, son alcaldes y así lo habían pactado la ejecutiva y los regidores mineros el jueves. Allí acordaron la lista de integrantes de la permanente, en la que aparecía como uno de los vicepresidentes Jesús Esteban, alcalde de Bembibre. A pesar de que había delegado su voto inicialmente en Laudino García y aceptado la lista del partido, finalmente su número dos en el ayuntamiento, Eloy Gundín, acudió a la asamblea con intención de suplir a Esteban, cargo incluido. Tras consultar con el partido, García y sus compañeros refrendaron que no podía sustituir a su alcalde, lo que ocasionó una discusión en plena asamblea de votación. El partido impuso su disciplina excepto con Gundín, que se abstuvo rompiendo la disciplina interna. Como consecuencia, Bembibre pierde su representación en los órganos directivos: la vicepresidencia que iba a ostentar pasa al alcalde de Brañuelas, Benjamín Geijo, y la vocalía que este ostentaba al de Corullón, Luis Alberto Cobo. Cabe recordar que Esteban y la agrupación de Bembibre mantienen un pulso con la ejecutiva del partido como consecuencia de la postulación del regidor bembibrés para repetir como presidente del Consejo Comarcal del Bierzo, contra la lista que propugnan tanto desde León como desde la gestora comarcal socialista. La abstención de Bembibre vino acompañada de la del alcalde de Matallana de Torío, José María Manga, de IU, el único representante que no pertenecía a populares o socialistas en la asamblea de ayer -UPL no tiene representantes en Armi-, que protestó por ser excluido de la directiva. Acuerdo empañado Las peleas políticas internas empañaron una asamblea que venía precedida de un pacto a nivel de direcciones de partidos por el que ambos, que copan la representación, se comprometen a mantener la mayoría absoluta que dieron las cuencas mineras en las urnas al PSOE y trasladarlo a la directiva de Armi. Ambas formaciones se comprometen a mantener en el organigrama la mayoría de un sólo voto para el PSOE «pase lo que pase» en los municipios donde no hay mayorías absolutas y podría cambiar la representación que tienen esas corporaciones en Armi: en teoría, no se suplirá ningún delegado por ningún partido en cuatro años. PP y PSOE se han comprometido a mantener el tradicional consenso que distingue a Armi desde su nacimiento; todos los acuerdos, propuestas y decisiones se harán por consenso, sin votaciones y contando con la opinión de todos los alcaldes. Tanto los de un partido como otro hicieron público ayer también que esto se traducirá en presión a sus respectivos partidos para que defiendan políticas de desarrollo alternativo, infraestructuras, empleo y freno a la despoblación, tener más participación en los órganos decisorios del Plan del carbón y la Ley Minera de la Junta, por un nuevo plan minero en el 2005, por que todas las minas entren en la reserva estratégica, lograr que sigan llegando fondos estructurales de Europa, que las eléctricas existentes no cierren y se modernicen ambientalmente. Periodo crucial Los municipios mineros del carbón, los energéticos, están especialmente preocupados por qué minas van a entrar en la reserva estratégica y qué térmicas van a modernizarse para seguir quemando mineral autóctono. Defienden, como los sindicatos y la Junta, que sean todas en ambos casos, y que se prorrogue el Plan del carbón, así como un mayor control sobre el programa minero de la Administración autonómica. Por su parte, los no energéticos (pizarra, roca ornamental y calizas) quieren un desarrollo acorde a los tiempos en cuanto a sus infraestructuras, y que se apoye a productos en alza como los que se extraen en sus ayuntamientos, para que constituyan verdaderamente una fuente de riqueza y empleo. Los alcaldes son conscientes de que serán cuatro años cruciales para el desarrollo y para lograr un nuevo plan alternativo, la llegada de industrias nuevas, de infraestructuras y de fondos europeos: hay que fijar la reserva estratégica y las térmicas de futuro, negociar un nuevo plan del carbón y otra ley de actuación minera; y conseguir fondos de Europa para estas zonas, que no llegan a la media de desarrollo de Castilla y León ni del resto del país o de los Quince.