Zapatero acusa a Aznar de usar la Constitución para crispar y dividir

El jefe de la oposición acusó al presidente del Gobierno de «no sentir» la Constitución y de usarla para «crispar, confrontar y dividir territorios y a los partidos, como hace con el PSOE». José Luis Rodríguez Zapatero sostuvo que es «una necesidad para la democracia» y para «el futuro de España» que en las elecciones de marzo próximo haya un cambio en el Gobierno porque durante el mandato de José María Aznar se ha producido un «retroceso en las libertades, en los valores de la transición y ha vuelto la crispación». Zapatero celebró el tercer aniversario de su triunfo en el 35 Congreso del PSOE con un mitin en el polideportivo J avier Castillejo de la localidad madrileña de Parla y escogió un discurso dirigido a levantar los alicaídos ánimos de los militantes con apelaciones al orgullo de ser socialista, promesas de triunfo en las próximas elecciones y ataques inmisericordes a Aznar y el PP. El mitin se convirtió en un acto de reafirmación socialista en el que estuvo presente buena parte del equipo más cercano al líder del PSOE, José Blanco, Juan Fernando López Aguilar, Trinidad Jiménez, Alvaro Cuesta, Carme Chacón, José Montilla, Micaela Navarro, Leyre Pajín, y la plana mayor de la Federación Socialista Madrileña, con Rafael Simancas al frente, pero ninguno los barones territoriales. En una intervención llena de referencias a la situación interna del partido por la crisis de la Asamblea de Madrid, señaló que su Gobierno «sentirá y utilizará» la Constitución porque es «algo que nos une a todos», y no como hace el actual jefe del Ejecutivo, que «no siente» la Constitución y la usa como arma arrojadiza para enfrentar territorios y partidos. Zapatero admitió que la crisis de la Asamblea de Madrid ha situado al PSOE «en unos momentos difíciles» ante los que los socialistas no deben resignarse sino ir «con la cabeza bien alta» porque ya «arrancamos las malas hierbas» de Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez, expulsados por la traición del pasado 10 de junio. También reconoció que nunca pensó que «la coalición del PP y los especuladores llegara a tanto». Una reflexión que le llevó a concluir que, al margen de los intereses inmobiliarios, «la razón última de fondo» del escándalo es impedir la victoria del PSOE en las elecciones de 2004.