Diario de León

Las ETTs han generado el 1% de empleo en el mercado laboral desde su aparición

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La denominación de Empresa de Trabajo Temporal incluye a aquellas compañías que se constituyen al amparo de la Ley 14/94, cuyo objeto es la cesión de mano de obra. El hecho que define pues su actividad no es la temporalidad de los trabajadores, sino el que los trabajadores sean contratados por ella para posteriormente ser cedidos a otra empresa, conocida como empresa usuaria, donde desarrollarán su trabajo y quedarán bajo su dirección. Actualmente operan en León 13 ETTs, de las cuales sólo una lo hace exclusivamente a nivel provincial. Ésta empresa, Aquí, asegura proporcionar una mano de obra anual «equivalente al trabajo que realizarían 100 personas trabajando en horario completo durante todo un año». Desde su aparición en 1994, hoy ejercen sus actividad en España 323 Empresas de Trabajo Temporal (ETTs), que afirman cumplir estrictamente la legalidad, generar el 1% de empleo y además responder a los derechos de los trabajadores, tan bien o tan mal como el resto de las empresas. Las ETTs se han convertido para los jóvenes en una opción seria de búsqueda de empleo. Según la revista especializada Consumer.es, el año pasado el 43% de sus contratos los firmaron menores de 24 años. Orientadas en su mayoría al sector servicios, su mayor inconveniente es que los contratos que ofertan son siempre temporales con una duración media de sólo 3 semanas. Según la Empresa de Trabajo Temporal Adecco, de cada 100 personas empleadas en España, 67 tienen un contrato fijo, 32 un contrato temporal y una es contratada a través de una ETT. El índice de penetración de los contratos temporales realizados a través de estas empresas se sitúa en el 0.8% de la población activa. La media de la Unión Europea está en el 1.6%, el doble. Desde el verano de 1999, cuando se aprobó por ley la equiparación salarial del trabajador contratado mediante una ETT con los sueldos de las empresas usuarias, el trabajador contratado de esta manera cobra lo mismo que cualquier otro de la plantilla. Sin embargo, los contratos de «puesta a disposición» de estas agencias de contratación privada se asocian a ciertas «prácticas abusivas». Falta de conocimiento Según la directora de Comunicación del Grupo Adecco, Sara Baeza, «esto se deriva de la falta de conocimiento de cómo funcionan las ETTs». Según ella, «en 1994, cuando fueron creadas estas empresas, los elevados índices de desempleo justificaron el que las ETTs se financiaran mediante la contratación de mano de obra barata, en ocasiones por debajo de la mitad del salario marcado por el convenio del sector al que iban destinadas». El beneficio de estas empresas procedía, literalmente, de la precariedad del mercado. Hoy, los honorarios que perciben las ETTs responden a sus servicios de selección, formación, reclutamiento y puesta a disposición, y son pagados por la empresa usuaria. Es decir, la empresa final tiene que pagar a la agencia de colocación un plus por cada empleado y éste cobra -con nómina en la ETT- el mismo salario que sus compañeros de plantilla. En resumen, la empresa para la que presta sus servicios costea los gastos derivados del absentismo laboral, de las cotizaciones para formación y desempleo, además de la indemnización al final del contrato. ¿Por qué una empresa recurre a una ETT? Para la empresa usuaria contratar trabajadores de una ETT mediante uno de sus contratos de puesta a disposición es más caro, aunque le resulta rentable cuando por necesidades de producción, por ejemplo, tiene que aumentar rápida y puntualmente la plantilla. Del total de contratos firmados durante el año pasado, según datos de la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal (Agett), de la que forman parte Adecco, Vedio Labormann, Ranstad, Alta Gestión, People y Flexiplan, la gran mayoría correspondieron a demandas del sector servicios (47%), sobretodo para emplear telefonistas, dependientes, informáticos y comerciantes. El 41% respondió a las demandas de la industria (un sector más limitado por la legislación de empleo temporal), sobretodo peones. En lo que se refiere a la formación, las compañías usuarias exigen que la mayoría de los trabajadores hubiesen cursado, por lo menos, estudios de secundaria. Las solicitudes de trabajadores que únicamente habían recibido educación primaria bajaron hasta un 35.5%. Los estudiantes aún universitarios sólo recibieron un 14% de las ofertas.

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