Las familias exigen información
A la base General Morillo de Pontevedra se acercó ayer un nutrido grupo de familiares de los soldados y oficiales que acudirán a Irak. En la mayoría de los casos se trataba de personas que ya habían pasado por un trance similar en otras ocasiones, pero que no dudaba en reconocer que, en esta ocasión, los efectivos españoles correrán más riesgos. Tal es el caso de la novia de uno de los miembros del grupo de Transmisiones que, si bien aceptaba que «es su trabajo», no dudaba en señalar que, a pesar de que su compañero tiene experiencia de haber participado en tres operativos internacionales en Bosnia, «esta misión es diferente»: «Las cosas allá están difíciles y, por lo que se ve todos los días en la prensa, no te hace gracia que se vaya». Más contundente se mostró la madre de un soldado de la Brilat: «Las cosas en Irak no están muy claras, pero menos mal que cambiaron los aviones». «Tengo miedo a no recibir noticias, porque veo que en Estados Unidos no dan muchas noticias de sus tropas. Ahora, si a mí me dan noticias, sean buenas o sean malas, me quedaré más tranquila», añadió. Sus ejemplifican el sentimiento de muchos de los familiares que ayer acudieron a la sede de la Brilat.