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Leira pide a Santiago ayuda para superar el desastre del petrolero

Publicado por
m. j. a. | santiago
León

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? Entre gritos y aplausos, reverencias y pancartas de manifestantes, saludo a las autoridades y críticas a la Xunta se desarrollaron los actos centrales del Día de la Patria Galega en Santiago de Compostela. El protagonismo lo cobró un año más la Plaza del Obradoiro y la Catedral de la ciudad donde el delegado regio, el presidente del Parlamento gallego, José María García Leira, pidió la ayuda del Apóstol Santiago para superar la catástrofe del Presige y su «manto protector» para velar por los soldados destinados en Irak. Aunque las mareas negras y el Prestige estuvieron más presentes en las movilizaciones ciudadanas que recorrieron la capital de Galicia, García Leira también las mencionó en su ofrenda pidiendo por las gentes del mar «las más directamente perjudicadas» por el naufragio del petrolero. Solicitó así la influencia del Apóstol para recuperar las playas, costas y rías gallegas que se vieron afectadas por «una desgracia no deseada» que generó una «situación dramática». Para todos los afectados pidió «esperanzas de recuperación» al margen de que puedan contar «con sus justas reivindicaciones y con la solidaridad de todos». Como en años anteriores, el terrorismo también estuvo presente en el discurso del delegado regio que recordó que «ninguna sociedad que se precie puede sobrevivir con el odio y la violencia permanente» y reclamó toda la ayuda necesaria para que «desparezca de España y también en el mundo la lacra odiosa del terrorismo» En su invocación en la tradicional ofrenda a Santiago Apóstol, García Leira recordó los conflictos del mundo y solicitó «la inspiración» necesaria para lograr los principios básicos de la convivencia que identificó como los de la paz, la libertad y la justicia. No olvidó pedir que el «manto protector» del santo cuide de los soldados españoles que están destinados en misiones de pacificación en el exterior, concretamente en Afganistán, Bosnia y, especialmente, Irak. A la ceremonia religiosa asistió el Ejecutivo gallego en pleno, encabezado por su presidente, Manuel Fraga.