Tres fallecidos y numerosos incidentes se acumulan tras veinte años de existencia Las maniobras provocaron 17 incendios desde 1982, la mayoría dentro del campo
Desde el año 1982, según datos facilitados por la Plataforma por el Desmantelamiento del Campo de Tiro de El Teleno, las instalaciones han sufrido 17 incendios, que calcinaron 17.350 hectáreas, la mayoría de ellas en el interior del recinto. En dos ocasiones las llamas traspasaron la zona de caída de los proyectiles: el 13 de septiembre de 1998, en que arrasaron 4.200 hectáreas, y el pasado mes de marzo, en que el fuego afectó a 600 hectáreas. En este último caso las llamas alcanzaron las praderas del río Llamas, ricas en gramíneas entre otras especies, e incluso las localidades de Pozos y Corporales, en La Cabrera, según confirmó Manuel Martínez, miembro de la plataforma. «Se quemaron urces y brezo, y no afectó a pinares de repoblación porque las brigadas forestales estuvieron atentas y sofocaron las llamas. El fuego, que estuvo encendido tres días, comenzó dentro del campo de tiro y nadie lo apagó hasta que no atravesó sus límites. Dentro del recinto hay el peligro de que explote algún proyectil», señaló Martínez. Protección para las aves Este incendio, al igual que el de 1998, afectó a una Zona de Especial Protección para las Aves, indicó Martínez, que añadió que el ocurrido en 1986 «ofreció serio peligro de alcanzar el pinar de Tabuyo» y que en otra ocasión, en 1997, ardió la ribera del río Espino. Martínez apuntó que «alrededor del campo de tiro existen 43.000 hectáreas forestales» y dentro del recinto militar «hay bosques de roble gallego, poco frecuente en la comarca, que, hibridado con la variedad pirenaica, provoca la existencia de distintas variedades de esta especie». Además, indicó que «en las zonas que sufren los ataques constantes del fuego existen especies raras, sobre todo arbustivas, que pueden desaparecer. Algunas de ellas están en el catálogo de especies amenazadas de la península». Dentro del campo «también existen restos de la minería romana del oro, castros, infraestructura hidráulica, canales, que deberían ser protegidos junto a Las Médulas. Por eso el campo de tiro necesita una urgente decisión» sobre su futuro, apuntó Martínez. Tres personas, una de ellas un adolescente de Priaranza de la Valduerna y las otras dos vecinos de Luyego, murieron por explosiones de proyectiles desde que el campo de tiro comenzó a funcionar. Estos fallecimientos suponen la cara más amarga de una larga lista de incidentes denunciados por la plataforma, entre los que cabe destacar el incendio en 1984 de un tanque en Santiagomillas con 25 cargas explosivas en su interior -que obligó al desalojo de varias casas del pueblo-, la caida de dos proyectiles cerca de Pozos -fuera de las instalaciones militares-, el vuelco de un camión cisterna en 1986 en Santa Colomba de Somoza cuyo conductor, que era militar, quedó paralítico, o el incendio de una tanqueta en 1987 en la N-VI, a la altura de Riego de la Vega. En 1985, como consecuencia de un accidente de tráfico de un vehículo militar, se desplomó la capilla de Valdespino. En 1983 se produjeron denuncias por presunta caza ilegal a cargo de mandos militares. En 1982 la actividad militar dio al traste con la actividad de un colmenar de la zona. El general Franklin Además, el general americano Franklin llegó a visitar las instalaciones cuando el Ministerio de Defensa planeaba convertirlas en un gran campo de entrenamiento para ejércitos incluso extranjeros. La plataforma también ha denunciado en estos más de veinte años de vida el lanzamiento de proyectiles por encima de los pueblos y contra zonas protegidas, o la aparición de munición o de restos de ella en varios puntos del entorno, así como la realización de prácticas de tiro nocturnas.