Un anciano sufre quemaduras graves al intentar salvar Lucillo de un gran fuego

Un hombre de 73 años de edad, José Campano Pérez, sufrió ayer quemaduras de mucha gravedad cuando luchaba contra las llamas, procedentes de un enorme incendio forestal, que cercaban la localidad de Lucillo. El fuego se desató ayer sobre las dos de la tarde en la zona de Boisán, en el paraje conocido como Las Bouzas, y desde lo alto bajó por el valle de los Peces con una rapidez inusitada y sorprendió a los vecinos de Lucillo que intentaron hacer frente a las llamas con todo lo que pudieron una vez comprobaron cómo calcinaban las huertas. En ese tenso momento varios vecinos que intentaban evitar el desastre, entre los que se encontraba José Campano Pérez, se vieron envueltos por un cambio de aire y a punto de ser cercados por las llamas; pese a que salieron corriendo, la edad de Campano le impidió escapar de las mismas y entonces se le prendió la ropa. Al verlo, los más jóvenes compañeros de tarea se lanzaron a salvarle, cosa que consiguieron. Debido a las quemaduras el anciano fue enviado a la unidad de quemados de Madrid de forma urgente, sin que se sepa a la hora de cerrar la edición su estado de salud. Según los operarios que intentaban denodadamente ayer extinguir las llamas, el operativo que la Junta envió para ese cometido se componía de dos helicópteros, tres brigadas de extinción y los bomberos de Astorga y León. Sin embargo, pese a todo no consiguieron evitar que las llamas calcinaran cientos de hectáreas de roble y tres cuadras. «Las llamas lamieron las casas» El alcalde de Lucillo, Pedro de Cabo, explicó a media tarde de ayer este periódico que el fuego estaba «en pleno apogeo» y que ya había llegado «a los términos de Santa Colomba de Somoza». Respecto al accidente en el que el anciano resultó quemado indicaba que «muchos salieron a defender el pueblo de las llamas, entre ellos él; pero les envolvió el aire y no pudo escapar, menos mal que la gente saltó a salvarle cuando vio que las llamas le habían cogido». La jornada fue muy tensa en Lucillo, «ya que las llamas llegaron a lamer las esquinas de las casas de fuera del pueblo», indicó De Cabo. Aunque «al final no pasó nada», el alcalde agradeció «a los vecinos de los pueblos de al lado que vinieran a ayudarnos a salvar nuestro pueblo». El incendio forestal seguía vivo ayer a última hora de la tarde.