Diario de León

Un drama que se repite con frecuencia

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La tragedia que vive Coín por la desaparición de Sonia Carabantes y el hallazgo del que podría ser su cadáver devuelve a la memoria otros casos de semejantes características que han conmocionado a la sociedad española. Alcácer (Valencia) se ha convertido en ejemplo de este tipo de dramas. El 13 de noviembre de 1992, Miriam (14 años), Toñi (15 años) y Desiree (14 años) fueron brutalmente torturadas, violadas y asesinadas. Las tres adolescentes hacían auto-stop para llegar hasta una discoteca situada a pocos kilómetros. Un coche las recogió y no se volvió a saber nada de ellas hasta que sus cadáveres fueron hallados el 27 de enero de 1993. El descubrimiento de los cuerpos por dos apicultores de la zona desató la investigación que acabaría con la detención de Miguel Ricart, a quien se considera uno de los autores materiales del triple asesinato. Ricart sigue cumpliendo condena, pero el caso continúa abierto porque el otro principal sospechoso, Antonio Anglés, permanece en paradero desconocido. Desde entonces se han sucedido múltiples asesinatos similares, muchos de los cuales siguen sin esclarecerse. Por ejemplo el de la joven de 16 años Susana Ruiz desapareció el 10 de enero de 1993 en el madrileño barrio de San Blas. Un mes y medio después, un trabajador que removía con una máquina excavadora el terreno de un descampado entre los municipios de Vicálvaro y Coslada (Madrid) encontraba el cadáver. La primera autopsia reveló que la muerte se debió a una parada cardíaca y la juez que instruía el caso lo dio por concluido. Con el tiempo, éste se reabrió hasta tres veces más, aunque hoy está archivado. El 12 de abril de 1993, Anabel Segura, de 19 años, fue secuestrada mientras hacía footing por los alrededores de su domicilio de La Moraleja (Madrid). Su cadáver no fue localizado hasta el 29 de septiembre de 1995 en una fábrica de ladrillos abandonada en Numancia de la Sagra (Toledo). En este caso, la investigación llegó hasta el final. De los tres acusados, los dos autores del asesinato fueron condenados a 39 años de cárcel; la tercera procesada recibió una pena de seis meses de prisión por encubrimiento. El 9 de octubre de 1999 fue la última vez que Rocío Wanninkhof fue vista por su familia. Denunciada la desaparición por sus familiares, la búsqueda dirigida por la Guardia Civil finalizó el día 2 de noviembre de 1999 con el descubrimiento del cadáver, que apareció totalmente desnudo en unos terrenos ubicados entre Marbella y San Pedro de Alcántara. Dolores Vázquez, una amiga de la familia que al parecer mantuvo una relación sentimental con la madre de la víctima, fue condenada por la Audiencia de Málaga, pero el Supremo ha ordenado repetir el juicio.

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