Seis de cada diez visitantes se alojan en León en establecimientos turísticos sin licencia

El turismo «sumergido» es un fenómeno muy rentable que cada año proporciona una nada desdeñable oferta a los turistas que deciden pernoctar en la provincia leonesa. Este problema está tan afianzado en León que de los casi 4 millones de pernoctaciones que se registran cada año, aproximadamente 2,4 tienen lugar en alojamientos turísticos sin el reconocimiento exigido. Sin embargo, estos índices son bastante inferiores a la media nacional en materia de turismo «sumergido», que llega a alcanzar el 77% de las pernoctaciones que acontecen en España durante un año. Así lo indica un estudio de iniciativa privada publicado en el Anuario Económico de La Caixa 2003, y que especifica que si en un año se producen unos 1.800 millones de pernoctaciones en todo el país (a excepción de Ceuta y Melilla cuyos datos no están incluidos en el estudio mencionado), más de 1.391 millones corresponden a alojamientos no controlados por las administraciones. Por no controlados se entienden los apartamentos en alquiler no regulados, las zonas de acampada sin autorización, las pensiones o moteles no legalizados y las habitaciones que son alquiladas sin declarar esta actividad. Para estar dentro de la legalidad, estos establecimientos requerirían una autorización para su apertura, que debe ser emitida por las administraciones, y su inscripción en el Registro de Empresas, Actividades y Profesiones Turísticas de Castilla y León. Según los realizadores de este estudio, el índice de pernoctaciones no regladas en Castilla y León es superior a la media española, y alcanza el 71,5%, es decir, de los más de 33 millones de pernoctaciones que registra la comunidad, más de 23 millones no contaban con licencia. Índices alarmantes De toda Castilla y León, la provincia de Ávila registra los índices más alarmantes, con un 93,8% (porcentaje sólo superado por Valencia). Por detrás se sitúa Soria (80,8), Segovia (79,6), Zamora (78,1), Palencia (61,4), Burgos (59,9), León en séptimo puesto con 59,7, Valladolid (52,8) y, por último Salamanca (31,9). Según la legislación vigente, la inscripción en el Registro de Empresas, Actividades y Profesiones Turísticas de Castilla y León es obligatoria para los alojamientos hosteleros, apartamentos turísticos, campamentos de turismo, alojamientos de turismo rural, empresas de restauración, agencias de viajes y profesiones turísticas. Sin embargo, es voluntaria para las empresas y actividades turísticas que no están entre las mencionadas y que cumplen con una reglamentación. Por lo que respecta al resto de España, si el turismo «sumergido» se desarrolló inicialmente en la costa, este tipo de oferta se ha extendido ya por toda la geografía y, en los últimos tiempos, también en las áreas rurales. Tal como desvela este estudio, miles de familias se ayudan a pagar la inversión en segunda vivienda o redondean el presupuesto doméstico poniendo el cartel de «se alquila» en el balcón o anunciando el arrendamiento de habitaciones por semanas o meses. Los ingresos obtenidos luego no son declarados al Fisco y las administraciones locales, que tienen una idea bastante aproximada de la dimensión que ha adquirido en los últimos años este sector, pero no de las pérdidas que ocasiona a los hosteleros que sí cuentan con la autorización necesaria para alojar visitantes, vuelven la vista hacia otro lado.