Los expertos en fronteras que salvaron a «Txapote»
Los documentos incautados -sobre todo en Francia- en los últimos meses han servido a los especialistas de la Guardia Civil y de la Policía Nacional para reconstruir, al menos, la última etapa de la red. Una época de frenética actividad por parte del 'aparato de mugas' que, a la vista de los informes de la Audiencia Nacional, se convirtió en indispensable para los planes de futuro de la banda, tanto para la organización de nuevos comandos y atentados en España como para garantizar la seguridad de los pistoleros llamados a ocupar puestos directivos en ETA. En agosto de 1996, este 'talde' fue el encargado de poner a salvo en Francia a uno de los pistoleros más violentos de ETA, Juan Antonio Olarra Guridi, tras su sangriento paso por el 'comando Donosti' que meses antes había matado al funcionario de prisiones José Ramón Domínguez, al policía Enrique Nieto o al ex presidente del PSE en Guipúzcoa Fernando Múgica. Sólo un mes después, este mismo grupo de ciudadanos de apariencia legal se encargó de cruzar a España a Julia Moreno Macuso y a Javier Abaunza Martínez para formar el 'comando Madrid' que sembró el pánico en la capital de España entre 1996 y 1999. Macuso y Abaunza participaron en ese período, entre otros, en el asesinato del magistrado del Tribunal Supremo Rafael Martínez Emperador. Sobre las espaldas de esta infraestructura que ahora ha salido a la luz también descansa la responsabilidad de introducir en España en 1997 a Maite Pedrosa Barrenetxea, Maituni , y a Mikel Azurmendi Peñagarikano Hankas , dos de los cinco miembros del más activo comando Andalucía de ETA, el que actuó en el sur de la península entre febrero de 1997 y marzo de 1998. El batasuno Alzuguren hizo de guía por las montañas navarras a los dos etarras que meses después se lanzaban a una escalada de siete atentados, entre ellos el asesinato en Granada de un peluquero de la base militar aérea de Armilla y los homicidios en Sevilla del teniente de alcalde la capital hispalense, Alberto Jiménez Becerril, y su mujer Ascensión García Ortiz. En julio de 1998, el «talde» Alzuguren-Fresneda-Atorrasagasti recibió la que sería su más importante misión: poner a salvo en Francia a Javier García Gaztelu, Txapote , para que se hiciera cargo de la jefatura del aparato militar de la banda junto a Francisco Javier Arizkuren, Kantauri . Antes de la tregua, momento en el que el más importante 'grupo de mugas' de la historia de ETA terminó disolviéndose, los procesados tuvieron aún tiempo de hacer sus dos últimos 'pasos' a España. El primero fue en agosto de 1998: Alzuguren volvió a la montaña para hacer de nuevo de lazarillo a Julia Moreno y a Javier Abaunza que regresaban al 'comando Madrid' encargado de romper el alto el fuego de la banda en enero de 2000 con el asesinato del teniente coronel del Ejército Pedro Antonio Blanco. Luego, el concejal de Batasuna se encargó del que sería el último trabajo de este 'talde': hacer pasar la frontera a los componentes del primer 'comando Vizcaya' de la postregua: Ekain Ruiz Ibarguren y Patxi Rementería. Justo un año después, ambos morirían en el barrio bilbaíno de Bolueta, junto a otros dos activistas, cuando estalló la bomba que transportaban en el coche en el que viajaban.