No habrá «burbuja» inmobiliaria, pero los precios subirán menos

El sector local de construcción mantiene a corto y medio plazo expectativas de crecimiento que, sin ser tan espectaculares como las de los últimos cuatro o cinco años, auguran un ritmo de actividad que no se va a estancar, lo mismo que la demanda o el precio final de el producto. Según la patronal del sector, es previsible una cierta ralentización de la demanda, pero no un bloqueo, con lo que el precio de la vivienda seguirá alto, aunque no siga creciendo al ritmo actual. Los empresarios ironizan sobre un eventual «pinchazo» de la llamaba burbuja inmobiliaria recordando que la demanda se mantendrá mientras sigan bajos los tipos de interés bancarios y que resulta improbable que suban, tanto de estos como la inflación, mientras España se mantenga en el área de influencia del euro, lo que es ya seguro y definitivo, y alejada de tentaciones inflacionistas o de devaluación propias del tercer mundo. Como mucho, una eventual recesión económica podría provocar un cierto frenazo en las promociones inmobiliarias. De hecho, los proyectos del Gobierno se limitan, de acuerdo con las mismas fuentes, a fomentar el alquiler de viviendas en vez de su compra, mediante desgravaciones fiscales tanto para propietarios como para inquilinos, de forma que se alivie la presión de la demanda sobre el mercado inmobiliario y ayude a mantener los actuales precios. Los constructores reconocen que, aunque medidas de este tipo irían contra sus propios intereses, el porcentaje de viviendas desocupadas puede estimarse ya en torno al 10% del parque inmobiliario de León, una cifra sin precedentes y que sólo tiene sentido por su espectacular revalorización durante los últimos años frente a la caída de la Bolsa y de la remuneración del ahorro a plazo fijo. El fenómeno se repite en todas las ciudades sin ningún tipo de rentabilidad social para los capitales invertidos en «ladrillo».