Aznar pide cuatro años más del PP al abrir su etapa final en Moncloa

Toda la atención de los dirigentes populares estaba puesta en la última semana de agosto y, en especial, en la localidad vallisoletana de Quintanilla de Onésimo, con la vana esperanza de que José María Aznar ofreciera alguna pista o atisbo de información sobre las cualidades del nuevo candidato del PP a las elecciones de 2004. Pero el presidente del Gobierno prefirió mantener la incógnita y, en el tradicional discurso de las postrimerías del verano, optó por soslayar la importancia del sucesor para resaltar la importancia del proyecto político que representa el PP. España nos necesita, vino a decir a sus compañeros de partido y volvió a desacreditar al primer partido de la oposición porque «no está preparado para gobernar». «Las elecciones de marzo no son un mero trámite», pontificó Aznar en un nuevo pisotón al acelerador de la campaña electoral. «Nuestro país se juega mucho», continuó; «que sea capaz o no de alcanzar metas ambiciosas dependerá del programa político que desarrolle el futuro Gobierno», abundó sin mencionar exigencias o condiciones del candidato. El proyecto y el partido está por encima de las personas, incluso por delante del cartel electoral que todavía no tiene cara ni nombre. Ése es el mensaje de fondo que el presidente del PP quiere hacer llegar a sus compañeros, a los que parece dispuesto a mantener en la incertidumbre todavía durante algún tiempo. Lo que pretende es demostrarles que los ciudadanos apostarán por un programa político serio y fiable, por encima de todo. A la hora de la despedida, Aznar rindió cuentas de «las tareas cumplidas» desde que ganó las elecciones generales del 2002 por mayoría absoluta. En su opinión, el PP ha sabido consolidarse como un partido «serio y fiable» gracias a su política económica, de lucha contra el terrorismo y defensa de la unidad del Estado. Sin embargo, todavía considera que España tiene que dar un paso adelante en los próximos años para alcanzar la meta del «pleno empleo» y del combate definitivo contra el terrorismo. Por eso, afirmó que «España necesita cuatro años más de gobierno del PP» que, según sus palabras, significará una nueva etapa de honradez y fiabilidad. En un nuevo capítulo de hostilidades frente al primer partido de la oposición, el presidente del PP Fue especialmente crítico con el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero. Según Aznar, lo único que ha demostrado Zapatero es que «es capaz de aprovechar cualquier desgracia» para demostrar que está ansioso por llegar al poder «a cualquier precio». No se confesó en Silos José María Aznar realizó ayer un alto en el camino para visitar el monasterio de Silos, pero no escuchó misa. Compartió almuerzo y mantel con los monjes, pero no comulgó; siguió en respetuoso silencio la lectura religiosa en el refectorio, pero no se confesó. Ni siquiera en secreto de confesión está dispuesto a desvelar el nombre de su sucesor. Este año, un crítico de la guerra de Irak le dio la mañana al jefe del Gobierno y le increpó a su llegada al recinto monacal. «Yankis asesinos», «Si santo Domingo levantara la cabeza...», se lamentó el espontáneo protestante, que fue acallado por rápidos aplausos de los seguidores del presidente del PP, que llenaban las calles del pueblo al paso de los coches oficiales.