Lágrimas de Aznar por los dos aspirantes que se quedaron atrás

Cumplió su compromiso y dejó el poder en el PP el día previsto, pero no pudo evitar el llanto en el momento de la despedida. José María Aznar presidió, por última vez, la junta directiva nacional de su partido y dejó como legado a un nuevo líder: Mariano Rajoy. Antes de irse, rindió homenaje a sus compañeros y se dirigió, especialmente, a los dos vicesecretarios que aspiraron, sin éxito, a ser sus sucesores. «Sin vosotros - les dijo a Jaime Mayor y Rodrigo Rato- no podría haber desempeñado mis responsabilidades». La semana pasada, en la tradicional cena de Quintanilla de Onésimo, Aznar hizo esfuerzos por contener la emoción y prefirió evitar que salieran a relucir sus sentimientos cuando dijo adiós en lugar tan emblemático. Sin embargo, a la hora de la verdad, no pudo evitar que el llanto le desbordara cuando pronunció su último discurso. La trascendencia de la ocasión estaba marcada en los rostros de todos los dirigentes convocados en y el presidente saliente también le dio la mayor relevancia al acudir acompañado de su esposa, Ana Botella, y su hijo menor, Alonso. Botella también lloró cuando su marido mencionó a los dos amigos que quedaron en el camino. «En esta última junta directiva nacional que presido quiero dirigirme especialmente a los vicesecretarios generales, Rodrigo Rato y Jaime Mayor». «Sois personas fundamentales para el proyecto del PP. Sin vosotros, no podría haber desempeñado mis responsabilidades», añadió y dejó que sonaran atronadores aplausos, se quitó las gafas y se enjugó una lágrima. «Esto no tendría que haber salido así», se quejó en voz baja.