España muestra el camino para acabar con el fenómeno terrorista

El II Encuentro sobre Prevención y Combate al Terrorismo concluyó ayer en Lisboa con el compromiso de todos los participantes de aunar esfuerzos para constituir un «consenso universal» en tormo a este fenómeno y ayudar a los países menos preparados a mejorar sus capacidades para hacer frente a esta amenaza. España, que acudió a la reunión en calidad de presidenta del Comité contra el Terrorismo (CCT), presentó los trabajos de este órgano internacional de la ONU encargado de supervisar el cumplimiento de la resolución 1.373, que entre otras cosas ampara la congelación de fondos de entidades y personas vinculadas a grupos terroristas. España se mostró dispuesta a coordinar, a nivel internacional, las actividades destinadas a concienciar a los ciudadanos y gobernantes de los distintos países acerca del peligro que supone el terrorismo y de la necesidad de redoblar los esfuerzos para combatirlo de forma eficaz. Es la segunda vez que se celebra un encuentro de estas características, que fue impulsado por Portugal hace un año cuando presidía la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) y pretende tener una continuidad anual. A las reuniones, celebradas este lunes y martes en la capital lusa, asistieron representantes de varias organizaciones internacionales. Entre los temas abordados destacan los recientes acontecimientos ocurridos en Irak, la nueva ola de atentados perpetrados en Oriente Medio y la detención en Tailandia de un importante terrorista ligado a la organización Al Qaeda, que lidera Osama Ben Laden. El representante español, el embajador Luis Felipe Fernández de la Peña, explicó que con esta iniciativa «no podemos pretender resultados inminentes, sino que debe servir para reforzar la conciencia de los países y juntar más esfuerzos para la lucha antiterrorista». Las conclusiones de los debates se centraron en recordar la complejidad del fenómeno terrorista, que para los asistentes demanda una «respuesta coordinada por la comunidad internacional». Derechos humanos El texto final aprobado por los participantes destaca que el terrorismo «constituye una violación de los derechos humanos y debe ser combatido como tal». Además, aboga por el cumplimiento escrupuloso de la resolución 1373 de la ONU, que proponeadoptar medidas concretas para acabar con las fuentes de financiación del terrorismo en cualquier lugar del mundo. Los participantes estuvieron de acuerdo en las claves para que este combate global tenga éxito: «entrenamiento policial, inteligencia, información y experiencia». También coincidieron en la importancia de intercambio de datos entre las organizaciones para no repetir trabajos y desaprovechar los recursos. En ese sentido, fue muy valorada la experiencia de España en este terreno por sus muchos años de lucha antiterrorista solitaria contra grupos «domésticos» como ETA y, en menor medida, los Grapo. Esa experiencia la convierte en uno de los países mejor situados para coordinar esta lucha. En este momento, preside la CTC y ostenta la vicepresidencia del Grupo de Acción Financiera Internacional. El embajador español recordó a los asistentes que «el terrorismo es un fenómeno antiguo que con el 11 de septiembre tomó otra dimensión y desde entonces somos conscientes de que es un enemigo difuso, no estatal y con proyección de futuro». El diplomático lamentó que el papel que desempeña España al frente de la CTC sea «apenas conocido» a pesar de su «importancia» y «trascendencia». A su juicio, este foro es el único «que ayuda a los países a estar preparados para la lucha contra el terrorismo, así como el órgano que vigila el cumplimiento de la resolución 1373». Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores luso, Martins da Cruz, destacó tres frentes de actuación en la lucha contra el terrorismo: a nivel nacional, «a través de los mecanismos legales y de las acciones individuales»; a nivel internacional, «a través de la creación de un cuadro legal que permita la cooperación en este dominio»; y a nivel de las diferentes organizaciones regionales, «a través de la cooperación entre países vecinos centrada en las necesidades o problemas específicos de determinadas regiones».