«Las explotaciones son cada vez mayores, pero menos rentables»
La concentración de explotaciones agrarias en menos parcelas pero con mayor superficie no ha sido suficiente hasta ahora para garantizar la rentabilidad de la agricultura leonesa sin ayudas oficiales. Se calcula que hace una década, ya con el campo saturado de maquinaria, el tamaño para una explotación media era de aproximadamente 15 hectáreas en zonas de regadío y de 60 en secano, mientras que en la actualidad esta superficie se eleva, como mínimo, a 25 y 100, respectivamente. Según Asaja, los agricultures que siguen activamente en el oficio no han dejado de cultivar en este tiempo ninguna parcela realmente últil, «salvo el suelo marginal que no merecía la pena y que, si fue roturado antaño, hoy se consideraría un atentado medioambiental». De hecho, los terrenos tradicionales de barbecho en secano siguen siendo los mismos y la plantación de choperas en regadío o cualquier otra especie arbórea para el semiabandono de las producciones agrícolas propiamente dichas apenas representan un 5% de la superficie total, aunque tengan subvenciones la UE. Para los responsables provinciales de Asaja los ingresos de los agricultores leoneses que permanecen en activo se mantienen gracias a que la mecanización del trabajo permite abarcar cada vez una mayor superficie de cultivo con menos mano de obra para compensar que cada año se incrementen los costes al ritmo de la inflación y se mantengan, por el contrario, congelados los precios de la producción, al menos en origen. «Pero llegará un momento en que la rentabilidad final por hectárea sea tan baja que no merezca la pena ampliar más las explotaciones, al menos para los autónomos, cuya capacidad personal de trabajo tiene también un límite». Y, entonces, habrá otro tipo de agricultura a gran escala, pero no la de tradición familiar.