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Las últimas estadísticas revelan que en las carreteras de la provincia se registra un accidente cada treinta minutos

El índice de siniestralidad del tráfico en León es similar al de veranos pasados

La Unión Profesional de Guardias Civiles estima que son necesarios más agentes en carretera

Publicado por
L. Urdiales - león
León

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El número de fallecidos en las carreteras leonesas durante septiembre va camino de pulverizar el registro de mortandad que, por motivo de los accidentes de tráfico, eleva a siete el número de óbitos a lo largo del mes de agosto. Durante la primera semana de este mes el índice ha aumentado en un 50 por ciento con respecto al dato de la anterior mensualidad. Con estas perspectivas es evidente que la siniestralidad en las carreteras de León no remite, con un elenco tan amplio de causas que, según varios expertos, resulta improductible tratar de atacar el problema. León se ubica en la zona alta de la tabla de recuentos de siniestros en la carretera, que mide la incidencia de accidentes por número de coches matriculados. Datos recientes sobre el tráfico en la provincia leonesa indicaban que en este territorio se registraba un accidente de coche cada treinta minutos y que cuatro vehículos cada dos centenares habían registrado protagonizado algún tipo de accidente. No se contempla el grado de siniestralidad, pero si se revela que el número de accidentes está relacionado directamente con el número de coches que circulan por un determinado territorio. Desde diversos colectivos implicados o relacionados con la responsabilidad en la circulación se solicitan actuaciones inmediatas capaces de reducir el número de muertos que se cobran las carreteras. Uno de estos colectivos, la Unión Profesional de Guardias Civiles, con representación elevada entre los agentes de tráfico destinados en la provincia de León, propone que aumente la plantilla de la Guardia Civil destinada al sector de tráfico en León. La falta de efectivos policiales en la carreteras, a juicio de la UPGC, se traduce en que la mayoría de estos servicios se realicen en las vías de mayor capacidad de tráfico o en la red de primer orden, con efectos negativos para las carreteras secundarias a donde no llegan los servicios de vigilancia o presencia policial, debido a esa escasez. Son, precisamente, este tipo de carreteras de segundo orden, las que registran el porcentaje más elevado de la siniestralidad: hasta un 80% del total, según datos oficiales. La franja temporal con mayor índice de accidentes, denuncia la Unión Profesional de Guardias Civiles, corresponde a fines de semana, puentes o periodos vacacionales; en esas fechas los agentes de la agrupación de tráfico son asignado a tareas de controles de alcoholemia mientras que quedan desprotegidos otras funciones de vigilancia. La demanda de mejoras en las carreteras secundarias encabeza las reivindicaciones relacionadas con las medidas para reducir el número de muertes con causa directa en los accidentes de tráfico. Las medidas legislativas se presentan también como recurso para reducir el índice de siniestralidad desde un prisma coercitivo: La UPGC, por ejemplo, se suma a la demandada de otros colectivos que piden la implantación de juzgados y fiscalías especiales en materia de tráfico. E incluir en el Código Penal la tipificación de comportamientos de conducción que están directamente relacionados con la generación de accidentes. Casi el dos por ciento de los vehículos matriculados en León se han visto afectados por incidencias en el tráfico. En ese ránking, León se equipara con la provincias de incidencia media de los accidentes. Los últimos accidentes de tráfico con víctimas mortales en la provincia de León ratifican el contenido estadístico que diversifica las causas y la localización de los siniestros en la provincia de León. Sucesos en tramos conflictivos, que arrastran desde hace años, el registro de coches, salidas de vía y balance de víctimas. En este bloque se sitúan los accidentes en la Nacional 630, al norte y al sur de la capital leonesa, en el tramo hasta Benavente y en el que conduce hasta Pajares; la Nacional 601, a la altura e inmediaciones con su intersección con la N-625, en el cruce desde Mansilla de la Mulas con la vía que se toma dirección a Riaño. También hay ejemplos, y reincidencias, de accidentes recientes en la Nacional 120, en el tramo entre la capital leonesa y Hospital de Órbigo, que ha sumado en la últimas semanas más nombres a la lista negra de fallecidos en las carreteras leonesas. Los accesos a la autopista A-66 y la propia vía de peaje que une León con Asturias no están exentos de sucesos mortales. El último, la pasada semana. Hace cinco días, también, se sucedió otra incidencia mortal en el tráfico en una carretera secundaria, que desgraciadamente, nutre la estadística abultada de estos siniestros en la provincia de León. Además de esa carretera próxima a la localidad de Santibáñez de Rueda, la León 133, la León 626 o las 231 y 232, añaden datos funestos al anuario del tráfico de la provincia leonesa. Los responsables de la seguridad en el tráfico, mientras, insisten en las recomendaciones, especiales para cuando se trata de trayectos cortos y por vías que se usan habitualmente, con lo que, según los expertos, se multiplica el riesgo de accidente por la confianza que asume el conductor en tramos de carretera que conoce.